Atafona, Brasil.
Atafona está desapareciendo bajo el mar. Este balneario, ubicado al norte de Río de Janeiro, sufre una erosión crónica agudizada por el calentamiento, que generó un paisaje apocalíptico. En el área de riesgo ya se han sumergido más de 500 casas y siguen en pie solo 180.
“El mar, como se puede ver, ha avanzado de 3 a 4 metros en dos semanas y también la marea. Así que no sabemos si ese muro estará aquí la semana próxima. Ya estoy previendo alquilar otra casa para sacar a mi familia de aquí. No puedo ponerla en riesgo”, comentó el empresario, Joao Waked.
La erosión extrema se ha agudizado ahora por el cambio climático, pero el balneario sufre un problema crónico desde hace décadas. Al menos tres propuestas fueron presentadas a la Alcaldía para frenar la erosión, que incluyen la construcción de escolleras o diques rompeolas, para disminuir la fuerza del mar y la recuperación artificial de la playa transportando arena desde el fondo del delta del río.
“Hay algunas acciones que pueden intentar revertir esta situación, hacer algunos trabajos, alguna contención, algo para frenar este proceso. Y si funciona, volvemos a casa, la pintamos nuevamente y regresamos”, Sonia Ferreira, habitante de Atafona.
La alcaldía de Sao Joao da Barra, que incluye Atafona, paga un alquiler social por el equivalente a 230 dólares a más de 40 familias desalojadas. Las autoridades afirman que cualquier plan depende de la aprobación de órganos ambientales y que hasta ahora no hay ningún proyecto con una solución definitiva. Para otros, lo que falta es voluntad política.
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