Iberoamérica.

Un chaleco salvavidas, una tumbona de cubierta o el violín de la banda del barco son algunas de las valiosas piezas que se pueden visitar en el Museo Titanic Belfast, que ha reabierto este mes tras añadir cuatro nuevas galerías al museo del icónico transatlántico de la naviera White Star.

«La Búsqueda de los Sueños» es el tema que recorre estos nuevos espacios para ofrecer al visitante una experiencia inmersiva que combina las nuevas tecnologías con la exhibición de artefactos auténticos, para contar el relato del malogrado Titanic, desde su construcción en los astilleros de Harland and Wolff hasta su hundimiento y posterior legado. Es la historia de la pujante Belfast de principios del siglo XX, de los hombres, mujeres y niños que lo construyeron y de las más de 1.500 personas que murieron cuando en la madrugada del 15 de abril de 1912 se fue a pique en las frías aguas del Atlántico tras chocar contra un iceberg en su travesía inaugural hacia Nueva York.

“Está vivo, ahora es un corazón palpitante. El Titanic siempre ha tenido corazón, pero ahora ese corazón palpita”, contó Deirdre McIntyre. Deirdre McIntyre muestra una fotografía de su antepasado Roderick Chism, fallecido en el Titanic, en su puesto de delineante jefe de Harland and Wolff.

Es que la nueva exposición busca explorar las vidas de aquellos que construyeron el transatlántico, de su tripulación y de los pasajeros con destino al Nuevo Mundo que no imaginaban su trágico futuro.