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En el marco del día internacional del libro, la poetisa uruguaya Ida Vitale proclamó su devoción por «El Quijote», un «venerable sostén de la herencia humana», al recibir  el Premio Cervantes, el máximo galardón de las letras hispanas.

La ceremonia se llevó a cabo en la Universidad de Alcalá de Henares, localidad cercana a Madrid y donde nació Miguel de Cervantes (1547-1616), Vitale recibió el galardón de manos del rey Felipe VI.

Ida Vitale es la quinta mujer merecedora del prestigioso premio desde su institución en 1976, la montevideana de 95 años confesó que «habiéndome llegado tarde, realmente me sorprendió», aunque recalcó estar «agradecida, emocionada».

Ida Vitale

Vitale, también crítica literaria, ensayista y periodista, expresó su «devoción cervantina» desde que, al borde de una piscina en su ciudad natal, vivió «la felicidad del primer encuentro con esas páginas» de «El Quijote».

«Muchas veces lo que llamamos locura del Quijote podría ser visto como irrupción de un frenesí poético, no subrayado como tal por Cervantes, un novelista que tuvo a la poesía por su principal respeto», explicó sobre su atracción a la obra.

«La inacabable virtud del libro» es la «fidelidad atemporal» que reclama, ya que «lector tras lector, época tras época, se ha ido consagrando como un venerable sostén de la herencia humana», apuntó Vitale, de vestido negro y bufanda blanca.

Delatando su sobrecogimiento, Vitale expresó antes de iniciar su discurso que «en este momento leer algo no me nace. Me nacería no sé, abrazar, decir cosas, que serían absurdas y desacomodadas pero me saldrían del alma».

Y en declaraciones previas a la gala hizo alarde de buen humor, bromeando con que estaba «simplemente congelada» en este día frío y lluvioso de primavera, aunque «todo lo demás ha sido muy cálido».

Por: AFP/ Diego URDANETA