Francia.

Las tormentas violentas se generan cuando la atmósfera es inestable, principalmente en el final de la tarde, cuando el calor a nivel del suelo es más intenso.

Pueden estallar muy rápidamente. La primera señal es un viento repentino y potente, que crea un frente de ráfagas de aire fresco. El aire caliente y húmedo sobre el suelo sube rápidamente y se mezcla con el aire frío. A este fenómeno se le llama corrientes ascendentes.

El aire caliente en forma de vapor de agua se enfría y se condensa, formando nubes. El calor es liberado, la nube sigue creciendo, creando un espectacular Cumulonimbus en forma de yunque que puede alcanzar los 18 mil metros de altitud. Bajo la nube pueden haber ráfagas de viento de hasta 140 kilómetros por hora.

Cuanto más grande es la diferencia entre la temperatura de la nube y la atmósfera circundante, más intensa será la tormenta.

Dentro de la nube las gotitas de agua se disparan hacia arriba. Granizo y pequeñas partículas de hielo se forman y entran en colisión, creando cargas eléctricas negativas y positivas. Cuando estas cargas se unen se produce un rayo; el rayo calienta el aire, lo dilata generando truenos.

Durante ese tiempo las gotas de aire se agrandan y caen sobre el suelo en forma de lluvia o granizo. Estas tormentas pueden provocar inundaciones repentinas, daños importantes y hasta ser mortíferas.