Ecuador. 

Desde hace algunas décadas, la ciencia ha descubierto complejos mundos microscópicos que forman parte de la vida humana. En nuestro cuerpo hay millones de máquinas diminutas, pero muy complejas, que realizan trabajos muy precisos como construir o transportar cosas. Uno de los mejores ejemplos es el motor del flagelo bacteriano.

Lo interesante del flagelo es justamente esta parte en la que se ancla a la célula que se llama el cuerpo basal. Es una estructura bastante compleja, que este mecanismo va a girar y va a hacer que todo el cuerpo del flagelo se mueva”, dijo Pedro Barba, docente de biotecnología de la Universidad Técnica del Norte.

Lo curioso es que este motor de la bacteria funciona exactamente igual a los motores que utilizamos a diario, pero a nivel microscópico. “El sistema funciona idéntico a un sistema de transmisión de seis tiempos, como la caja manual de los automóviles, básicamente con ese mismo movimiento funciona este. Entonces se asemeja bastante en eso”, detalló.

El motor que tiene este flagelo tiene un rotor que es la parte que gira, un eje que conecta al rotor a la hélice, engranajes que controlan la velocidad y proteínas que actúan como combustible utilizando energía química.

Este motor puede girar a 100 mil revoluciones por minuto, más rápido que el motor de un Ferrari. Entre las bacterias que utilizan este mecanismo para moverse por nuestro cuerpo están algunas muy conocidas.

“Por ejemplo, la famosa bacteria Escherichia coli. Esta bacteria forma parte de nuestra microbiota en el intestino y esta es una bacteria que se mueve mediante el impulso por flagelos”, agregó.

Estas piezas mecánicas están tan perfectamente diseñadas que si solo una dejara de funcionar, todo el sistema fallaría. “La secuencia en dónde están ubicados, dónde se realizaron, la forma como están y los elementos que están usando para transmitir la energía de un punto a otro es lo que lo hace único en sí mismo”, apuntó.

Resulta gracioso pensar que el sistema que el hombre utilizó para realizar los motores y que demoró tanto tiempo en perfeccionar no era nuevo para las bacterias. Esta es la prueba de que la naturaleza tiene mucho por enseñarnos.

“La forma tan perfecta y tan compleja en que una célula llega funcionar, eso me parece completamente fascinante y es un campo muy activo de investigación. No sabemos ni la cuarta parte de cómo una célula funciona a la perfección”, aseguró.

Lo que sucede en el cuerpo humano a escala miniaturizada aún sigue sorprendiendo a los científicos. Este motor bacteriano es una prueba increíble de la complejidad de la vida y de cómo las células utilizan máquinas para sobrevivir y moverse.

Por: UTN / Viviana Obando.