Panamá.
El acceso al agua y la contaminación de las fuentes hídricas se configuran como un reto en Centroamérica, una región con altos índices de pobreza donde el cambio climático hace estragos principalmente en las áreas marcadas por una economía de subsistencia.
Algunos estudios revelan que el acceso al agua de los habitantes centroamericanos se ha reducido en un 50 y un 76% en las últimas cinco décadas, advirtiendo que el crecimiento poblacional es una variable importante en ese cálculo.
En Guatemala, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el 90% de las fuentes de agua se encuentran contaminadas. Las autoridades aseguran que solo 6 de cada 10 hogares tienen acceso a agua potable y saneamiento, por lo que el presidente Bernardo Vario Valo de León presentó una propuesta para crear la primera ley de aguas en la historia del país que busca garantizar el acceso al vital recurso.
En El Salvador, el 68% del agua superficial está contaminada y se calcula que alrededor de 500.000 personas no tienen acceso al agua potable. A pesar de que el país cuenta con 11 regiones hidrográficas, la ausencia de legislación, la mala distribución y la falta de protección de las cuencas han hecho que el país sufra estrés hídrico, pues su demanda supera la capacidad disponible.
En Honduras, el alto costo del agua afecta grandes centros poblacionales como su capital Tegucigalpa, donde un barril con volumen de 197,6 litros puede llegar a costar hasta 5 dólares. De igual forma, la sequía afecta la seguridad alimentaria además de aumentar la migración forzada mientras las tormentas tropicales, huracanes o fenómenos como La Niña que también afectan a Nicaragua acaban con los cultivos e infraestructura cada año.
Costa Rica cuenta con un amplio acceso al agua, pues el 92,4% de su población tiene acceso al recurso, sin embargo, mantiene grandes retos en el tratamiento de aguas residuales según indica el informe de esta donación de 2024, en el que se señala que el agua utilizada en los hogares se devuelve sin tratar a los cuerpos hídricos y a tanques sépticos.
Del lado de Panamá, el censo de 2023 indicó que el 95% de las viviendas cuentan con acceso al agua potable, aunque la realidad de las comarcas indígenas es otra, pues según datos oficiales, cerca del 60% de sus habitantes carecen del servicio.
En República Dominicana, el 62,7% de los hogares en zonas urbanas tienen acceso a agua corriente, según datos de la Oficina Nacional de Estadística. Aunque en zonas rurales, la cifra se reduce al 44% y tan solo el 26% de los hogares recibe agua de forma permanente.