Un estudio de la Universidad de Harvard ha demostrado que los híbridos entre especies de mariposas pueden dar lugar a nuevas especies genéticamente distintas tanto de sus progenitoras como de sus antepasados, lo que revela que la evolución natural puede ser más complicada de lo que se piensa.
Los detalles de la investigación se han publicado este miércoles en la revista Nature.
En 1861, el naturalista Henry Walter Bates escribió una carta a su colega Charles Darwin en la que describía a las Heliconius -una especie de coloridas mariposas del Amazonas-, como «un vistazo al laboratorio donde la naturaleza fabrica sus nuevas especies».
Más de 160 años después, un equipo internacional de biólogos ha elegido al Heliconius para documentar la evolución de una nueva especie.
Mediante la secuenciación del genoma completo, el equipo han demostrado que, hace unos 180.000 años, una hibridación entre Heliconius melpomene y el antepasado del actual Heliconius pardalinus produjo una tercera especie híbrida: Heliconius elevatus.
Pero aunque desciende de híbridos, H. elevatus es una especie de mariposa distinta con sus propios rasgos individuales, como la planta huésped de su oruga y las feromonas sexuales masculinas del adulto, el patrón de color, la forma del ala, el vuelo y la elección de pareja.
Las tres especies conviven juntas en una vasta zona de la selva amazónica.
Hibridación muy extendida
«Históricamente se ha considerado que la hibridación entre especies era algo malo que no tenía especial importancia para la evolución pero lo que los datos genómicos han demostrado es que en realidad está muy extendida», dice Neil Rosser, becario postdoctoral en Harvard durante la investigación.
Aunque se pensaba que la hibridación inhibía la creación de nuevas especies, este estudio ha demostrado que la hibridación no sólo se está produciendo en estas especies de mariposas, sino que también ha impulsado la evolución de una nueva especie en sí misma.
«Así que las especies que evolucionan intercambian genes constantemente, y la consecuencia de ello es que puede desencadenar la evolución de linajes completamente nuevos», afirma Rosser.
Para los autores, esta investigación da un paso más en la comprensión del funcionamiento de la hibridación y la especiación. «En los últimos 10 ó 15 años se ha producido un cambio de paradigma en cuanto a la importancia de la hibridación y la evolución», explica Rosser.
Además, esta investigación puede desempeñar un papel en la actual crisis de biodiversidad porque comprender algo tan básico como qué se entiende por una especie «es importante para salvar especies y para la conservación», sobre todo en la Amazonía, apunta.
Asimismo, este trabajo puede ser útil para comprender a los portadores de enfermedades. Varias especies de mosquitos, por ejemplo, pueden transmitir la malaria y, aunque estos mosquitos están estrechamente emparentados, «no se sabe casi nada sobre cómo interactúan y si se hibridan entre sí», dice Rosser.
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