Francia 

 

En las playas se ven pequeños trozos de plástico. Y el problema es que estos plásticos persistirán durante mucho tiempo. Y gradualmente se van a descomponer en pequeñas partículas de plástico, que llamamos microplásticos, y estos microplásticos, además de contaminar el medioambiente, entran en la cadena alimentaria.

“En el marco del proyecto Nenu2PHAr, trabajamos con bacterias marinas que recogemos en las costas de Bretaña, en moluscos como berberechos o almejas y las asociamos a las algas, y en particular las microalgas que se cultivan en el Centro de investigación de Cadarache, y gracias a ello podemos extraer almidón y azúcares.  Esta combinación de azúcar extraído de las microalgas y bacterias marinas permite desarrollar procesos de fermentación con los que conseguimos los llamados bioplásticos, a partir de recursos renovables, con azúcar de las microalgas y las bacterias marinas extraídas del fondo marino para producir plásticos biodegradables que se biodegradan rápidamente en el medio marino”, explicó Stéphane Bruzaud, profesor en el Institut de Recherche Dupuy de Lôme, Universidad Bretagne Sud.

Los materiales plásticos biodegradables sólo pretenden sustituir a los plásticos en algún nicho de mercado. “No deberíamos aspirar a desarrollar plásticos biodegradables a todos los efectos. La prioridad sigue siendo la recogida y clasificación de los residuos”, detalló Stéphane Bruzaud, profesor en el Institut de Recherche Dupuy de Lôme, Universidad Bretagne Sud.

En cuanto a los plásticos biodegradables, aportan una solución cuando su uso está justificado: por ejemplo, para un uso en contacto directo con el medioambiente, en particular el medio marino, o para usos en los que los plásticos acabarán inevitablemente en el medioambiente marino.