Un equipo liderado por investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación «la Caixa», arroja luz sobre el crecimiento de la función pulmonar en la infancia. Los resultados muestran que unos niveles altos de actividad física y un mayor índice de masa corporal (IMC) desempeñan un papel clave en la recuperación de los déficits iniciales.
Estos hallazgos, publicados en la revista Thorax, tienen importantes implicaciones para la práctica clínica, la investigación y las políticas de salud pública, ya que proporcionan nuevos conocimientos sobre cómo mejorar la salud respiratoria desde la infancia hasta la edad adulta.
El estudio analizó datos de la cohorte española de nacimiento del proyecto INMA – Infancia y Medio Ambiente, que incluía un total de 1.151 niños y adolescentes de entre 4 y 18 años. Los autores midieron la función pulmonar mediante espirometrías, una técnica que evalúa esta función a través de la cantidad de aire exhalado.
Más concretamente, midieron el volumen respiratorio forzado en un segundo (FEV1), que es el volumen de aire exhalado en el primer segundo durante la espiración forzada tras una inhalación profunda, y la capacidad vital forzada (CVF), que es la cantidad máxima de aire que una persona puede exhalar tras una inhalación profunda sin límite de tiempo. Mientras que el FEV1 es un indicador del grado de apertura de las vías respiratorias, la CVF da una idea del tamaño de los pulmones.
A partir de las espirometrías, se identificaron cuatro trayectorias de crecimiento de la función pulmonar: baja (19% de la muestra tanto para FEV1 como para FVC), normal (62% y 63%), alta (16% y 13%) y una trayectoria final que de denominó de recuperación o catch-up (2 % y 5 % de la muestra). El grupo catch-up comenzó con valores de función pulmonar por debajo de la trayectoria baja y mostró un crecimiento acelerado entre los 4 y los 10 años de edad, alcanzando valores de función pulmonar normales.
«El hallazgo clave de nuestro estudio es que una función pulmonar baja en la infancia temprana no se traduce automáticamente en una función deficiente en la edad adulta temprana, sino que un crecimiento acelerado puede recuperar los déficits de función pulmonar en la infancia y dar lugar a valores normales en la adolescencia», afirma Sarah Koch, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
Predictores del crecimiento de la función pulmonar
Utilizando historiales clínicos, cuestionarios y resultados de visitas presenciales con los participantes y sus familias, el equipo recopiló información sobre los posibles predictores del crecimiento de la función pulmonar. Se agruparon en cuatro categorías: características demográficas y de nacimiento, enfermedades alérgicas, tabaquismo y otras exposiciones ambientales, y actividad física y masa corporal.
Los resultados del estudio muestran que el crecimiento acelerado de la función pulmonar se asocia principalmente a niveles más altos de actividad física en la primera infancia (entre los 4 y los 7 años) y a un mayor índice de masa corporal a los 4 años.
«Nuestro estudio confirma y va más allá de investigaciones anteriores sobre predictores conocidos de la función pulmonar. Según la investigación, los niños y niñas con menos enfermedades alérgicas tienen más probabilidades de tener trayectorias normales o altas de FEV1. Esto apoya la evidencia previa sobre cómo las condiciones alérgicas de los niños afectan al crecimiento de la función pulmonar», dice Judith Garcia-Aymerich, investigadora de ISGlobal y autora sénior del estudio.
Prevención
La aparición temprana o el deterioro acelerado de la función pulmonar, más allá de lo esperado como parte del proceso normal de envejecimiento, es un claro factor de riesgo de enfermedad respiratoria crónica. Por lo tanto, comprender los factores determinantes que predicen el crecimiento de la función pulmonar durante la infancia y la adolescencia es tan importante para la prevención de estas enfermedades como comprender los factores determinantes del deterioro de la función pulmonar en la edad adulta tardía.
Los resultados de este estudio tienen importantes implicaciones para la práctica clínica y las políticas de salud pública. «Tanto la gestión clínica como las políticas de salud pública deberían apoyar y promover una dieta saludable y altos niveles de actividad física en niños y niñas con valores iniciales bajos de función pulmonar, condiciones ambientales subóptimas o alergias. Esto puede ayudar a superar las limitaciones de crecimiento en la función pulmonar y mejorar la salud respiratoria en la infancia y la edad adulta», afirma Sarah Koch.
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