México.
El nacimiento de la iguana sansón, la llegada de la boa y de otras especies, marcaron la apertura del vivario de Iztacala, que hasta el día de hoy evoluciona constantemente representando el compromiso por nuestro entorno natural. Desde su creación en 1979, el vivario de FES Itzacala ha destacado como un espacio dedicado a la conservación y el estudio de anfibios y reptiles.
“Esto inicia por un grupo de estudiantes interesados en la conservación de los anfibios y reptiles de nuestro país. México destaca por ser el quinto país con mayor diversidad de anfibios y el segundo a nivel mundial de reptiles. De ahí surge la importancia de estudiar, conocer y divulgar la información sobre la relevancia de estas especies de nuestro país”, explicó Victor Jimenez del vivario de la FFES Iztacala.
El laboratorio de herpetología, que se caracteriza por una iluminación cuidadosamente diseñada, te guía a lo largo de un pasillo lleno de terrarios para conocer una colección conformada por más de mil ejemplares, donde puedes observar desde cocodrilos hasta víboras.
Muchos de los animales llegaron al laboratorio gracias al servicio de veterinaria ofrecido por la facultad, cuando sus antiguos propietarios decidieron donarlos o en algunos casos abandonarlos. Otros fueron traídos como parte de investigaciones científicas, capturados para estudios especializados y hay algunos que han sido rescatados por el gobierno federal, que ha intervenido para proteger y preservar estas especies.
“Aproximadamente ahorita contamos con el inventario de cerca de 50 especies aproximadamente. Estas se han integrado desde inicios de los 70 hasta hasta la fecha. Algunas se han mantenido, se han reproducido, se han mantenido aquí. De estas aproximadamente 30 son reptiles, 20 son anfibios a nivel nacional, digamos lo con especies que tienen distribución en México, es el cerca del 90 por ciento”, detalló Victor Jimenez.
Todos los días desde las 10 de la mañana hasta las 2 de la tarde, los alumnos acuden al vivario para ser guiados por sus profesores de biología y realizar tareas que incluyen alimentar a los animales con grillos, ratones y una variedad de frutas y verduras. También se encargan de bañar y atender a los que están enfermos, asegurando que cada uno reciba el cuidado necesario para sobrevivir.
“El vivario ahora se está integrando no solo en trabajar en la parte de cautiverio, donde obtenemos datos muy importantes que son difíciles de obtener en vida libre, pero ahora también en vida libre tratar de obtener información para lograr la conservación de estos grupos”, concluyó Jimenez.
El vivario de FES Iztacala es un pilar de investigación y educación que promueve la conservación y el respeto a las especies. Su labor también inspira a las futuras generaciones a valorar y a proteger a la naturaleza que enfrenta múltiples desafíos.
Por: TV UNAM.
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