Por María Luisa Santillán, DGDC-UNAM.
El futbol es el deporte de equipo más jugado en todo el mundo. De acuerdo con la Federación Internacional de Futbol (FIFA), en el mundo alrededor de 270 millones de personas practican el soccer, mientras que en nuestro país seis de cada 10 mexicanos se declara aficionado.
El deporte se clasifica de diferentes maneras: el de alta competencia o el recreativo, en individual o de conjunto. Asimismo, algunos dependen de la perfección del movimiento con que se realicen, como el lanzamiento de bala que es considerado un deporte técnico, o aquellos en donde es importante interactuar con alguien más para sacar ventaja de un enfrentamiento, llamados deportes tácticos. El futbol pertenece a esta categoría.
El doctor Luis Cáceres Alvarado, de la Facultad de Psicología de la UNAM, señaló que una característica básica de este deporte es que la toma de decisiones debe ser muy rápida y con circunstancias muy variadas, lo cual implica jugadores compañeros, jugadores contrarios a la toma de decisión que puede ser desde mandar un pase y perseguir el balón hasta mandarlo para otro lado.
Refiere que el español Alexandre García Mas, especializado en psicología del futbol, destaca que en los futbolistas es necesario fomentar la regulación de la activación, la concentración, la autoconfianza y la cohesión del grupo, ya que en este deporte el tiempo de reacción es una característica muy importante.
Habilidades para ganar
Para trabajar con un deportista en lo mental y emocional es necesario contar con la ayuda de la Psicología del deporte, dedicada al estudio científico de los factores psicológicos que tienen que ver con la participación y el rendimiento en el deporte, el ejercicio y otro tipo de actividad física.
Un psicólogo del deporte coadyuva a la formación de los atletas, se encarga de darles herramientas para que puedan ejercer lo que aprenden en lo táctico y en lo físico. Es decir, que lo ejecuten libremente sin que las cuestiones psicológicas mentales o emocionales sean una interferencia.
Para mejorar el rendimiento, un psicólogo del deporte debe trabajar sobre ejes fundamentales como son la regulación de la activación (relacionada con el grado de activación de un organismo y su eficiencia en la ejecución de tareas), la concentración y la autoconfianza.
El universitario comentó que cuando un jugador está poco activado, la ejecución es muy mala, pero conforme se va activando más la ejecución, empieza a mejorar hasta que llega un momento en el cual la ejecución está en el punto más alto. Después de este punto, al aumentar la activación disminuye la eficiencia, o sea, tiene la forma de una U invertida en la que se identifican tres niveles: insuficiente o bajo, adecuado u óptimo y excesivo.
“El nivel excesivo puede ser el resultado de la ansiedad o el estrés, para reducirlo se emplean diferentes técnicas como control de la respiración, relajación progresiva, relajación mental, desensibilización sistemática y el entrenamiento en control cognitivo afectivo.»
«El nivel insuficiente por lo regular es resultado de una motivación baja, y para incrementarlo se usan medidas de automotivación que incluyen técnicas sencillas como el aumento del ritmo respiratorio, el uso de palabras clave y afirmaciones positivas, y el uso de imágenes energetizantes, además de algunas más complejas como la modificación de atribución causal”, explicó.
En cuanto a la concentración señaló que está relacionada con la atención a las señales pertinentes y al mantenimiento de ese foco atencional por el tiempo que sea necesario. Asimismo dijo que la autoconfianza en un deportista tiene que ver con la capacidad de adquirir las destrezas y competencias –mentales y físicas– necesarias para lograr el éxito.
Buscar la cohesión del equipo
La psicología del deporte, por lo tanto, ha sido de gran importancia en deportes de conjunto como el futbol, en el cual la cooperación entre los miembros del equipo es fundamental, ya que se deben coordinar los esfuerzos de todos los que integran el grupo para lograr un objetivo común.
El doctor Cáceres explicó que para promover la cohesión de un equipo los procedimientos son más complejos y lo que se busca disminuir son las diferencias entre los integrantes y maximizar los intereses compartidos. Además de que recientemente se ha trabajado en relacionar las demandas psicológicas de cada posición de los jugadores con las capacidades de estos.
“En general se percibe como más demandante evitar un gol que anotar uno. Los porteros, más que cualquier otro jugador, muestran ansiedad cognitiva (pensamientos y preocupaciones negativas de rendimiento). Los defensas muestran más ansiedad cognitiva y menos autoconfianza que los centrocampistas y los delanteros. Por tanto, hay que desarrollar técnicas de afrontamiento de la ansiedad en todos, pero más enfáticamente en los porteros y los defensas”, dijo.
Al final lo que importa es ganar, pero también mejorar el desempeño frente a próximas competencias. “En el soccer las posibilidades de perder son altas, pero también las posibilidades de volver a competir”, concluyó el psicólogo.
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