San José, Costa Rica.

Organizaciones ambientalistas y ciudadanos, solicitaron al Gobierno de Costa Rica aumentar la protección de diversas especies de tiburón, como el sedoso y el zorro, que se encuentran amenazadas pero que son consideradas como comerciales.

La coalición costarricense Unidos por los Tiburones indicó este sábado que el pasado 1 de abril entregó al Ministerio de Ambiente una carta firmada por 177.320 personas de diversas partes del mundo, en la que solicitan al presidente del país, Carlos Alvarado, que proteja a las especies amenazadas de tiburones como vida silvestre.

La iniciativa, impulsada por 91 organizaciones de conservación marina internacionales, pretende que Costa Rica garantice, a través de la Ley de Conservación de Vida Silvestre, la protección de las especies de tiburón amenazadas.

Según las organizaciones, esa ley prohíbe la extracción de vida silvestre y restringe la exportación de productos de especies protegidas por la Convención Sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).

«Actualmente, en Costa Rica el comercio de especies amenazadas de tiburón y protegidas por la CITES se realiza sin cuotas ni restricción de talla a pesar de la existencia de un reglamento, y constituyen el 40 % de la descarga comercial nacional», afirmó la coalición.

Las organizaciones aseguran que «esta situación comenzó a partir del 17 de mayo del 2017, cuando el Poder Ejecutivo estableció que los tiburones dejaban de ser vida silvestre amparada a las provisiones de la ley de vida silvestre y en su defecto serían considerados especies comerciales al amparo de la Ley de Pesca».

La única restricción que pesa sobre el comercio de alguna especie amenazada de tiburón en Costa Rica es la prohibición de exportar productos de tiburón martillo, que data del 1 de marzo del 2015. Sin embargo, no existe restricción alguna sobre su captura ni sobre el comercio doméstico de sus productos, denuncian las organizaciones.

“Así se han sacrificado desde entonces 37.027 especímenes de esta especie en peligro crítico de extinción y comercializado domésticamente 14 toneladas de sus aletas, a pesar de que su exportación está prohibida,” denunció Sandy Schmidt, de la organización costarricense Operation Rich Coast y miembro de la coalición Unidos Por los Tiburones.

Según Ellian Villalobos, de la organización Green Wolf Costa Rica, las especies amenazadas de tiburones deben gozar de la protección de la Ley de Conservación de Vida Silvestre, para detener su deterioro y promover la recuperación de sus poblaciones.

“Para un país cuyo territorio marino es 11 veces mayor que su espacio continental, la prioridad debería ser asegurar que el mar pueda brindar los servicios ecosistémicos que precisamos, como la seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático, y para eso se necesitan tiburones,” aseguró Villalobos.

Las organizaciones se mostraron esperanzadas en que las políticas ambientales que ha venido desarrollando Costa Rica y el liderazgo internacional del país se traduzcan en acciones para garantizar la protección de los tiburones.