Italia.

 

Las soluciones para reducir el consumo de energía pueden venir directamente de la naturaleza. Como este muro verde construido en el Centro de Investigación Casaccia de ENEA: una estructura cubierta de enredaderas a 60 centímetros del muro.

“Se implementó para el estudio de los flujos de energía y lograr una estimación del ahorro energético que se puede obtener con la implementación de estas estructuras edilicias. En verano es capaz de apantallar la radiación solar para la que hemos medido y estimado un nivel de apantallamiento del flujo térmico entrante, es decir, el calor que entra en el edificio, superior al 50%. Esto significa que la temperatura en el interior del edificio y en las habitaciones es más baja y también conseguimos un descenso de la temperatura de unos 3 grados centígrados”, destacó Arianna Latini, Investigadora del Departamento de Eficiencia Energética de ENEA.

Sin embargo, esto es un prototipo de un techo verde. Vegetación diferente para cubiertas diferentes: una más fina, más liviana que no se puede pisar y otra más espesa que lo convierte en una especie de jardín.

“Ambas vegetaciones, tanto sedum como pastos, son capaces de mantener la temperatura de la superficie del techo por debajo de los 30 grados cuando en verano las temperaturas en el techo sin vegetación alcanzan incluso los 50 grados”, explicó Patrizia De Rossi,  Investigadora del Departamento de Eficiencia Energética de ENEA.

Hay un mayor aislamiento térmico del edificio, se mejora la eficiencia energética del propio edificio y esto se traduce en un menor uso de electricidad para refrigeración en verano y calefacción en invierno”.

Por: RAI.