Perú.

La tranquila rutina de los adultos mayores en la comunidad de Guayaquil, en el corazón de Perú, se ve alterada por un grupo de niños desde Lima cuando la pantalla se ilumina. Ellos se conectan con entusiasmo para compartir lo que han aprendido sobre la lengua Quechua. Este intercambio es posible gracias a un programa que busca unir generaciones y llevar el idioma ancestral de los Incas más allá de las aulas. 

El proyecto Rimanakuy, que significa diálogo en Quechua, ha sido desarrollado por la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor San Marcos, que tiene una cátedra de esta lengua desde 1574, habla Gonzalo Espino, de Cano de la Facultad. 

“La idea básica es la siguiente, que el aprendizaje de una lengua, en el caso de los niños, tiene que ir acompañada de la memoria de las tradiciones, de las costumbres de los pueblos. En este caso de la comunidad Quechua, son los abuelos y las abuelas las que mejor pueden decirnos las cosas”. 

Este proyecto pretende ir más allá de la lingüística al establecer un vínculo con las comunidades para que la enseñanza no se quede solamente en el aula. Las plataformas virtuales conectan a Lima con la Altea, a niños con ancianos, lo nuevo con la tradición y da alas a una lengua que, pese a ser la más hablada de Perú, tras el castellano, está en declive. 

Espino destacó que Rimanakuy busca la reciprocidad en ambas partes, pues los niños, José, Adrián y Sofía, pueden practicar lo que aprenden en sus lecciones, y a cambio, los señores, Filomena y Raúl, sienten que su lengua y sus conocimientos tienen el valor que realmente poseen.