París, Francia. 

Proteger las tierras indígenas de la deforestación en la Amazonía brasileña, evita enfermedades respiratorias y permite ahorrar hasta 2.000 millones de dólares al año en gastos sanitarios, calcula un equipo de expertos en un estudio publicado este jueves.

Entre 2010 y 2019 los incendios forestales generaron un promedio de 1,68 toneladas de micropartículas al año en la Amazonía brasileña, afirma el estudio, publicado en Communications Earth & Environment.

Un grupo de científicos liderados por Paula Prist, responsable de investigaciones de la oenegé EcoHealth Alliance, cotejó esa concentración de micropartículas y los datos sanitarios de la población de la Amazonía, que con 5 millones de km2 representa el 59% del territorio brasileño.

«Nuestras estimaciones indican que con la protección de los territorios indígenas en el Amazonas se podrían evitar más de 15 millones de casos de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, con un ahorro tan solo en costes sanitarios de 2.000 millones de dólares cada año», explicó el texto.

La cifra de 15 millones de casos evitados asume que esos territorios se mantendrán vírgenes, explicó Prist en un correo enviado a la AFP.

Tierras afectadas por los incendios

Esas tierras están legalmente protegidas, pero los incendios continúan. Tan solo entre mayo y octubre de 2021 se quemaron 519.000 hectáreas de selva, recuerda el texto.

En febrero de este año se quemaron 209.000 km2, según monitoreo satelital, lo que significa un récord para ese mes.

Las micropartículas contaminantes que generan los incendios se dispersan en un radio de hasta 500 km, y son las regiones del sur y el oeste de la Amazonía las que sufren mayores concentraciones de ese polvo, explica el texto.

Entre 2010 y 2019 se registraron anualmente unos 142.000 problemas respiratorios y cardiovasculares en los 772 municipios de la región amazónica, y más de 168.000 casos en los territorios indígenas.

«Nuestro modelo indica que por cada kilogramo añadido [de micropartículas], se produjeron 21 infecciones nuevas en toda la Amazonía brasileña«, durante ese periodo.

Cada hectárea quemada representa un coste sanitario de 2 millones de dólares, asegura el texto.

«Conservar la selva amazónica puede conllevar sustanciales beneficios sanitarios y económicos«, concluye el texto.