África.
La región de África occidental está experimentando su peor crisis alimentaria en diez años, con 27 millones de personas que padecen hambre, advirtió este martes Oxfam junto con otras diez ONG internacionales.
«La producción de cereales se ha reducido en un tercio en algunas partes del Sahel en relación con el año pasado. Las reservas familiares de alimentos se están agotando», advirtió en un comunicado Assalama Dawalack Sidi, directora regional de Oxfam para África occidental y central.
«La sequía, las inundaciones, los conflictos (que han desplazado a más de 4,6 millones de personas en el Sahel central, según la Agencia de la ONU para los Refugiados) y las repercusiones económicas de la COVID-19 han obligado a millones de personas a abandonar sus tierras, llevándolas al límite», agregó.
Además, el número de personas que padece hambre podría ascender a 38 millones para junio si no se toman medidas de urgencia, lo que sería un «nuevo hito histórico y un aumento de más de un tercio respecto a 2021», advirtieron los once organismos.
Los países más afectados por las crisis alimentarias en la última década en la región de África occidental han sido particularmente Burkina Faso, Níger, Chad, Mali y Nigeria.
Entre 2015 y 2022, el número de personas que necesitaban asistencia alimentaria de emergencia pasó de 7 a 27 millones.
Frente a los 4,9 millones de niños con desnutrición aguda en 2021, la ONU estima que este año en la región del Sahel 6,3 millones de niños de entre 6 meses y 5 años sufrirán desnutrición aguda, de los cuales más de 1,4 millones estarán en fase de desnutrición aguda severa.
«Casi no me quedaba leche, así que tuve que darle a mi hijo otros alimentos. A menudo se negaba a comerlos y perdía peso. Además, tenía diarrea, lo que deterioró rápidamente su estado», contó a las organizaciones Safiatou, una madre que tuvo que huir de su pueblo por la violencia en Burkina Faso.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la guerra en Ucrania está empeorando la situación alimentaria y podría provocar que los precios de los alimentos en todo el mundo aumenten un 20 por ciento, afectando gravemente a la región de África occidental, donde esos precios han aumentado en los últimos cinco años entre un 20 por ciento y un 30 por ciento.
Además, también es probable que la crisis en Europa provoque una caída en la disponibilidad del trigo para seis países de África occidental que importan de Rusia o Ucrania al menos el 30 por ciento de este producto (Burkina Faso y Togo) e incluso más del 50 % (Senegal, Liberia, Benín y Mauritania).
Otro efecto de la guerra en Ucrania para África es una fuerte caída de la ayuda internacional, habiendo indicado ya muchos donantes que recortarán su financiación para el continente africano en favor del país europeo.
«No debería haber competencia entre las crisis humanitarias», afirmó en el comunicado Mamadou Diop, representante regional de Acción Contra el Hambre.
«Recordemos que la crisis del Sahel es una de las peores crisis humanitarias a escala mundial y, al mismo tiempo, una de las menos financiadas», agregó al señalar el temor de estas ONG a que el desvío de los presupuestos humanitarios hacia la crisis ucraniana agrave «peligrosamente» la crisis alimentaria en la región africana.
En 2021, sólo se financió el 48 por ciento del plan de respuesta humanitaria de África occidental.
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