Cuba.

En las calles de la habana abundan los soperos, músicos callejeros que trabajan por la sopa pidiendo propina a los turistas, casi todos aprendieron hacer música de oído y ahora se enfrentan a un decreto que cierra las puertas al ejercicio empírico y los obliga a relacionarse con el ministerio de cultura.

Concebido para sancionar el uso del lenguaje sexista o vulgar el decreto 349/2018 apuntó al reggaetón de mala factura que ha proliferado en Cuba, la norma que condena el intrusismo profesional ha sido descrito por algunos músicos como decreto mordaza, contrario a lo que dictaría la nueva constitución que consagra a la creación artística como libre.

El presidente Miguel Díaz Canel quien firmó el decreto reconoció que el texto debió ser más claro pero denunció las intenciones que critican la nueva normativa.

La política cultural fue trazada por el fallecido líder Fidel Castro en 1961 y se sintetiza en una de sus máximas frases “dentro de la revolución todo, contra la revolución nada“. Ahora que cuba se prepara para reconocer a la actividad privada en su economía socialista en su nueva constitución la isla busca mantener el papel central en las instituciones dentro de la cultura.

Por: AFP