Santiago, Chile.

Científicos chilenos incorporaron la Antártida al proyecto continental «De polo a polo», que busca recopilar datos de las variaciones en la temperatura de los océanos Atlántico y Pacífico a lo largo de todo América.

En el marco de la Expedición Científica Antártica (ECA) 55, llevada a cabo entre enero y marzo de este año, los especialistas ubicaron por primera vez una serie de sensores biométricos para medir la temperatura de las aguas que rodean el continente helado.

Esta iniciativa se integra en el esfuerzo internacional de más de 30 investigadores de diferentes países americanos para compilar datos de zonas concretas y compartirlos para generar bases de datos continentales con las que poder trabajar.

El científico del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y académico de la Universidad de Concepción (UdeC), el doctor Erasmo Macaya, colocó ocho sensores en la costa rocosa de bahía Fildes, en la isla de Rey Jorge, en la península antártica.Los aparatos son pequeños medidores de temperatura que están instalados en el interior de conchas reales de moluscos o que simulan la forma de alguna lapas marinas, y fueron ubicados en lugares sombríos y soleados para comparar las diversas temperaturas que se registran en el lugar.

Una de las particularidades de estos dispositivos, explicó Macaya, es que los datos registrados pueden ser recopilados a través de tecnología móvil.»Habitualmente, para descargar este tipo de datos, los científicos debemos extraer el sensor y conectarlo a un computador con un lector específico. Desde esa perspectiva, esta tecnología es mucho más amigable», señaló el científico chileno.

«Facilita el acceso a la información y evita pérdidas del registro. Solo es necesario tener la aplicación en el celular y acercar éste al dispositivo», agregó.Este proyecto, en el que ya estaban embarcados países como Estados Unidos, México, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Argentina, Colombia, Canadá e Islas Vírgenes, permitirá aportar por primera vez a «De polo a polo» datos sobre las aguas de la Antártida.

Estos sensores serán retirados del lugar en febrero de 2020 por el doctor Macaya, momento en el cual ya podrán disponer de registros suficientes para poder comenzar a trabajar con las informaciones recabadas y junto a las de otros países en el marco del proyecto continental.

«La idea es que la información recopilada ayude a las naciones a tomar las directrices correctas en materia de conservación de la biodiversidad», indicó el científico.El proyecto «De polo a polo, Red de Observación de Biodiversidad Marina de las Américas» (P2P-MBON, por sus siglas en inglés), busca facilitar la integración de datos biológicos y medioambientales a los países a lo largo de las costas americanas del Pacífico y el Atlántico, según la página web oficial de la iniciativa.

Por: EFE