Miami, Estados Unidos.
La NASA y la compañía aeronáutica estadounidense Boeing esperan que la primera misión tripulada a bordo de la cápsula Starliner construida por la firma privada despegue el 21 de julio desde Cabo Cañaveral, Florida, hacia la Estación de la Agencia Espacial Internacional ( EEI).
En una teleconferencia realizada este miércoles, funcionarios de la agencia estadounidense y de la empresa indicaron que la fecha tentativa se debe a los preparativos de la cápsula para su proceso de certificación, preparativos que están demorando más de lo esperado, así como al tráfico esperado en la ISS desde el mes de mayo.
La NASA había notado previamente que la misión Crew Flight Test (CFT) a bordo de la cápsula CTS-100 Starliner podría despegar de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en la segunda semana de abril.
La cápsula Starliner “está realmente en buen estado, lista para volar”, dijo Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, en la teleconferencia, y agregó que esperan tener la mayor parte del trabajo en la nave espacial Starliner completada para abril. .
Agregó que el motivo de la nueva fecha tiene que ver con los trabajos de certificación del sistema de paracaídas, que no ofrece motivo de preocupación, pero en otros aspectos requiere una prueba adicional en tierra.
Por su parte, Joel Montalbano, gerente del programa ISS de la NASA, destacó que el foco de la misión es “probar las capacidades del vehículo para transportar astronautas”, y que el proceso de certificación implica la revisión de unos 600 componentes.
La tripulación de la misión CFT está formada por los astronautas de la NASA Barry “Butch” Wilmore y Suni Williams, que culminarán este vuelo de prueba ocho días después del despegue, cuando la nave espacial, según lo previsto, aterrice en White Sands (Nuevo México).
Durante su estancia en la ISS, los dos astronautas de la misión se sumarán a las tareas científicas y operativas de la Expedición 68, que actualmente se encuentra a bordo de la ISS.
La cápsula Starliner, de unos 5 metros de altura y con capacidad para una tripulación de hasta 7 personas, realizó con éxito en mayo de 2022 su segunda misión de prueba no tripulada, denominada OFT-2 (Orbital Flight Test 2), durante la cual permaneció 5 días adjunta a la estación espacial.
La nave espacial transportaba alrededor de 500 libras de suministros y equipos de la NASA, más 300 libras de suministros de Boeing.
El éxito de la misión CFT facilitará las certificaciones necesarias de la NASA para convertirse en el segundo proveedor de vuelos tripulados y carga a la ISS, como ya lo hace SpaceX bajo contratos millonarios con la agencia espacial estadounidense.
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