Bruselas, Bélgica.

Los ministros europeos de agricultura en la Unión Europea (UE) debatían el lunes en Bruselas formas de amortiguar el impacto del conflicto ucraniano e impulsar la producción en la UE, para evitar la escasez de alimentos en diversas regiones del mundo.

Rusia y Ucrania son dos grandes exportadores de cereales (en particular para la alimentación animal) y fertilizantes, y por ello la UE ahora se concentra en medidas para enfrentar el nuevo escenario surgido por la ofensiva militar rusa en territorio ucraniano.

Así, la Comisión Europea debe presentar a los ministros del bloque sus sugerencias para ayudar a los agricultores a absorber el elevado costo de los combustibles, alimentos para animales y fertilizantes, dijo este lunes en Bruselas el ministro francés de agricultura, Julien Denormandie.

Al llegar a la sede de una reunión con sus homólogos europeos, Denormandie apuntó era necesario tener en cuenta que la guerra en Ucrania podría causar «una crisis alimentaria a escala mundial».

«Es necesario compensar la pérdida de las cosechas de Ucrania. La propuesta de la Comisión permitiría recuperar temporalmente el cultivo de 4 millones de hectáreas en la UE», indicó por su parte la ministra de energía de Austria, Elisabeth Kostinger.

La funcionaria Kostinger que «en los próximos meses del año, y más allá, debemos suponer que habrá escasez de cereales, que son muy importantes para la ayuda alimentaria en todo el mundo».

Además, la Comisión propone utilizar una «reserva de crisis», un fondo de 450 millones de euros destinado a ayudar a los agricultores en caso de inestabilidad de precios, y presentará «un acuerdo marco que también haga posible ayudas adicionales» por parte de los estados del bloque, dijo Denormandie.

Algunos de los Estados también cuestionan la estrategia europea llamada «De la granja a la mesa», que pretende, para 2030, reducir a la mitad el uso de pesticidas, en un 20 por ciento el de fertilizantes, y dedicar una cuarta parte de la tierra a la agricultura ecológica.

Diversos estudios en análisis en el ámbito de la UE señalan que la aplicación de esa normativa provocará una importante caída de la producción.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió la semana pasada que ante este nuevo escenario los precios internacionales de granos y fertilizantes podrían dispararse entre un 8 por ciento y un 22 por ciento.

Los elevados precios del petróleo solo agravarán el problema, y los países vulnerables serán los más afectados, alertó la FAO