Chile.

El nuevo Observatorio Vera C. Rubin que se construye en el Cerro Pachón del Valle de Elqui al norte de Chile, es el Ferrari de los telescopios por la velocidad resolución y tamaño de su cámara, la más grande del mundo, que cambiará además la forma de entender la astronomía e incluso los conocimientos hasta ahora obtenidos del Universo.

Actualmente se encuentra en la última etapa de su construcción después de tres décadas desde sus primeras proyecciones.

Rubin examinará el cielo del hemisferio sur cada tres o cuatro noches y capturará unas mil imágenes gigantes por noche con una cámara astronómica de 3.200 megapíxeles. Hoy la más avanzada en resolución es de 870 megapíxeles del telescopio japonés Subaru en Hawai.

“Y hacemos esto para diez años y después tenemos entre 700 y 1200 imágenes de todo el cielo. Cuando hacemos imágenes, esta es una imagen de 10 segundos con mi cámara personal. Con este cambio de Rubin el campo de visión es un poco más pequeño pero hacemos 30 segundos y hacemos muchas imágenes del mismo lugar y hacemos un stock y con esto vamos a mirar mucho más profundo en el cielo que otros telescopios”, explicó William O’mullane el subdirector de esta misión llamada “Investigación del espacio-tiempo como legado para la posteridad”.

Para los astrónomos, otro gran avance del Rubin es la amplitud de campo de visión con su cámara del tamaño de un coche pequeño y 3,2 toneladas de peso y su espejo con un diseño único y 8,4 metros de diámetro, se podrá capturar la totalidad del cielo visible equivalente a una área de 40 lunas llenas en una sola imagen.

Fue fabricada en Estados Unidos y llegará en un par de meses a Chile para empezar las últimas pruebas. La montura del telescopio protegido por una enorme cúpula giratoria, fue diseñada en Madrid y fabricada en Asturias. También hay piezas producidas en Francia, Italia, Alemania, entre otros.

“Si volteamos a ver al cielo, vamos a ver estrellas que están pulsando, estrellas que cambian su brillo, que cambian su posición muy rápido y esa dinámica, ese cielo que se mueve, porque nosotros a simple vista vemos las estrellas, el cielo bonito, todo parece muy estático. Entonces ahora vamos a tener movimiento; el movimiento de brillo, el movimiento de velocidades y eso también va a traer mucha información más que no teníamos acceso antes quizás de formas tan globales”, contó el presidente de la Sociedad Chilena de Astronomía, Bruno Días.

Financiado a partes iguales por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos y el Departamento de Energía Estadounidense (DOE), con el nuevo telescopio los científicos podrán investigar la materia y energía oscura, mapear millones de galaxias de la Vía Láctea, elaborar un catálogo del Sistema Solar y explorar los cambios en el cielo