Alemania.
Un método desarrollado en Alemania permite medir la tasa de incidencia de contagios a partir de las aguas residuales.
La profesora Susanne Lackner no lo entiende: junto con su equipo ha desarrollado en la Universidad Técnica de Darmstadt un método que señala lo extendido que está el coronavirus en un barrio o en una ciudad. Y ha ofrecido el método a las autoridades sanitarias de la vecina ciudad de Fráncfort.
Pero dice que se ha dado de bruces con el escepticismo. Las autoridades sanitarias locales dijeron a DW que a su juicio el método no es útil en la práctica. La administración habla de «resultados de estudios experimentales”.
Ello a pesar de que se trata de un sistema que ya se utiliza en otros lugares como Países Bajos, Estados Unidos o Francia. Algo que no hacer cambiar de opinión al municipio de Fráncfort.
Medida precisa de la concentración del virus
La profesora Lackner es la directora del área de Gestión de Aguas Residuales de la Universidad Técnicas de Darmstadt. La forma en que esta ingeniera medioambiental de 42 años mide los coronavirus es muy precisa: puede detectar menos de diez casos de COVID-19 entre 100.000. Es más: puede incluso determinar si se trata de las variantes británica, sudafricana o brasileña.
En su método, la ingeniera ambiental estudia el agua residual de las depuradoras. En ella no encuentra el SARS-CoV-2, sino su material genético. Algo que puede detectarse por medio de pruebas de PCR.
Método reconocido
El profesor Martin Exner, del Instituto de Higiene y Salud Pública de la Universidad de Bonn, afirma que el análisis de las aguas residuales en busca de agentes patógenos es un método establecido y acreditado. El método ha sido utilizado entre otros por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo a DW.
Desde 2020, los científicos saben que a partir del análisis de aguas residuales con pruebas PCR se puede determinar si la tasa de incidencia en una determinada zona ha aumentado o decrecido.
Estos datos son extremadamente útiles para los políticos locales y las autoridades sanitarias, opina la profesora Lackner. Al fin y al cabo son quienes deben saber cuántas infecciones se están produciendo para decidir si los negocios pueden abrir o deberían seguir cerrados, cuando la tasa de incidencia es demasiado alta.
El objetivo de esta científica era utilizar el método con el apoyo de la planta depuradora de Fráncfort. En ella trabajan 440 personas que se encargan de gestionar las aguas residuales de más de un millón de personas que viven en la ciudad y en sus alrededores. Pero esto solo puede ocurrir con el apoyo de la política local.
Por eso Bernd Düsterick, de la Asociación de Ciudades y Municipios Alemanes, dijo a DW que «todo lo que ayude a combatir la pandemia debería ser utilizado”.
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