Barcelona. 

Los ríos respiran y controlar su salud es clave en la lucha contra el cambio climático, asegura un grupo internacional de científicos en un artículo publicado en ‘Nature’ con participación del CREAF, en el que llaman a crear un Sistema Mundial de Observación de los Ríos para conocer su estado y valorar su futuro.

Día Mundial de Acción por los Ríos

Con motivo del Día Mundial de Acción Por los Ríos, el trabajo publicado en la revista ‘Nature’, en el que ha participado Lluís Gómez-Gener, investigador posdoctoral del CREAF, pone de manifiesto que los ecosistemas fluviales tienen un papel muy valioso en el intercambio de gases de efecto invernadero y, en consecuencia, en el estudio del cambio climático mundial.

Además, advierte de que los ríos y sus procesos son altamente vulnerables a los cambios ambientales.

Por eso, para entender y predecir mejor el papel de los ríos en el transporte de carbono a escala global, desde los continentes a los océanos y a la atmósfera, los autores llaman a implementar un Sistema Mundial de Observación de los Ríos, que ellos bautizan con el nombre de RIOS.

El estudio de revisión detalla que los ríos de todo el mundo reciben unas 3.200 millones de toneladas de carbono al año, lo que equivale aproximadamente a una cuarta parte del carbono producido por todas las plantas terrestres.

Ríos y dióxido de carbono

De todo este carbono recibido, devuelven a la atmósfera en forma de dióxido de carbono alrededor de un 37 % y sólo un 26 % del carbono llega al mar.

Este estudio reivindica que los ríos han sido menospreciados en el estudio del cambio climático y recuerdan que, hasta hace poco, el conocimiento del ciclo global del carbono se limitaba a los océanos y a los ecosistemas terrestres (bosques, cultivos, etc).

El equipo de investigación, formado por un consorcio de instituciones internacionales, ha analizado cómo el cambio global que está sufriendo el planeta, en particular el cambio climático, la urbanización, el cambio en el uso del suelo y el uso agua, incluidas las presas, pueden afectar al metabolismo de los ecosistemas fluviales y que esto provoque un aumento global de las emisiones de gases de efecto invernadero.

“En cierta medida, que los ríos actúen como emisores de CO2 y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera forma parte de la dinámica natural de estos ecosistemas, pero es probable que las emisiones de los ríos estén aumentando a medida que se alteran los sistemas fluviales y sus cuencas hidrográficas, aunque no disponemos de esta información”, ha señalado Gómez-Gener.

Ecosistemas fluviales

Según el investigador del CREAF, “el observatorio RIOS sería una herramienta de diagnóstico para tomar el pulso a los ecosistemas fluviales porque es necesario empezar a vigilar la salud del sistema fluvial mundial”.

El artículo demuestra que los ríos son un espejo de todo lo que ocurre dentro de una cuenca hidrográfica, las ramificaciones de los ríos hacen de nexo entre los ecosistemas terrestres y acuáticos e integran las perturbaciones naturales y humanas que promueven las futuras emisiones de dióxido de carbono y metano.

El CREAF pone como ejemplo el Congo, donde la deforestación por plantar palma está facilitando la erosión y arrastre de materia orgánica altamente degradable en el río, haciendo que aumenten las emisiones de CO2.

El artículo también concreta que gran parte de los ríos están cambiando sus regímenes permanentes y convirtiéndose en ríos intermitentes, que se secan de forma parcial en determinadas épocas del año.