Colombia.

No hay espejos, ni escalas de peso, ni prejuicios, aquí Valentina entrena a gusto. “Creo que ha sido precisamente poder redescubrir mi cuerpo porque creo que también ha sido, o sea, la historia de crecer en un cuerpo gordo y bajo estos mandatos sociales de lo que implica habitarlo y habitarlo en espacios de movimiento y tener que ocultarlo y solo hacer cardio y cardio y cardio y cardio y pierde peso otra y otra vez cardio y ya. Fue muy bonito volver a un gimnasio donde pude hacer mucha fuerza y donde me sentí fuerte y capaz”, dijo Valentina. Pony Club trajo la idea de Australia.

El objetivo es dar un espacio a la diversidad. “La idea en ese gimnasio es popularizar que todos los cuerpos están bien siempre en cualquier momento en el peso en el que estés, como ese es el cuerpo ya, el cuerpo no es en el futuro”, dijo Dré Malambo fundador de Pony Club.

El deporte ha sido también un espacio hostil y de exclusión para las personas LGBTIQ+. “Tenía muchas expectativas porque tenía también tantas experiencias con el deporte, incómodas. Tenía miedo de que no encajaramos. Salí tan energizada, tan enamorada de la energía de las personas, de la energía de Derek como entrenador, me sentí muy acogida en el espacio y no he podido salir”, dijo una usuaria de Pony Club.

El entrenamiento incluye juegos y risas. Todo ello en un ambiente que también impacta en la salud mental. “Como que de esto ya no quiero que haya vuelta atrás, no estoy dispuesta a permitir que me vuelvan a arrebatar la posibilidad de disfrutar el agua de la piscina y no estoy dispuesta a permitir que me vuelvan a arrebatar la alegría que da jugar con otras personas en los espacios de movimiento y de actividad física”, expresó otra usuaria.

Todas esperan que en el futuro existan más lugares que desafíen los conceptos tradicionales de fitness y entrenamiento físico.