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En respuesta a las grandes epidemias, como la peste, el cólera y la fiebre amarilla, fueron inventadas y aplicadas cuarentenas desde la Edad Media, y luego cordones sanitarios, como ocurre en China ante el coronavirus y en el norte de Italia.

Precedentes, antes de Italia

Hecho inédito en Europa, el gobierno italiano adoptó el domingo 8 de marzo por decretó medidas excepcionales de confinamiento de millones de italianos que viven en el norte, para contener el COVID-19.

Antes, fueron tomadas  medidas de limitación de movimientos en la región de Wuhan, metrópolis de 11 millones de habitantes ubicada en el centro de China y epicentro de la enfermedad, que afecta a unos 50 millones de chinos.

«Esas cuarentenas son a escala de la población china. Fuera del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en 2003, no hay nada que pueda acercarse a la magnitud de esta operación. Salvo quizás la cuarentena de Bombay azotada por la peste en 1898″, explicó Patrick Zylberman, especialista en historia de la salud en la Escuela de Altos Estudios en Salud Pública (EHESP).

Más recientemente, durante la epidemia de Ébola en África occidental (2013-2016), se impusieron en varias ocasiones medidas de cierre de fronteras, confinamiento y cuarentena.

Por ejemplo, los seis millones de sierraleoneses se vieron obligados a permanecer en sus hogares durante tres días en septiembre de 2014 y de nuevo en marzo de 2015. Este «confinamiento general» fue diseñado para detener la epidemia.

¿Cuarentena o cordón sanitario?

Una cuarentena es un aislamiento temporal impuesto a personas, naves o animales que provienen de un país infectado por una enfermedad contagiosa.

El cordón sanitario consiste en puestos de vigilancia para controlar y bloquear las entradas o salidas de una zona afectada por una epidemia.

En el caso de la epidemia china, es el equivalente a un enorme cordón sanitario el que se instaló alrededor de la región de Wuhan.

Nacimiento de la cuarentena

Para protegerse de la peste aparecen en los siglos XIV y XV las primeras medidas documentadas de aislamiento de buques procedentes de zonas infestadas, en Dubrovnik (Croacia) en 1377 y luego en Venecia (Italia) a partir de 1423.

La duración impuesta del aislamiento, 40 días, dio origen a la palabra «cuarentena». Los establecimientos que acogen a las tripulaciones confinadas llevan el nombre de ‘lazaret’; deformación del nombre del islote en la laguna veneciana donde atracaban los buques, Santa Maria di Nazaret, o referencia al leproso de la Biblia, Lázaro.

Las cuarentenas fueron luego regularmente adoptadas en Europa durante epidemias, hasta  la gran pandemia de cólera que afectó al continente en los años 1830.

Aparición del cordón sanitario

El término «cordón sanitario» nació en Francia en el siglo XIX cuando en 1821 París envió 30.000 soldados para bloquear la frontera con España; a fin de impedir la propagación de una epidemia de fiebre amarilla.

Pero mucho antes de esa fecha, se establecieron barreras sanitarias durante grandes epidemias de peste, recuerda Tom Solomon.

Este especialista británico en enfermedades emergentes de la Universidad de Liverpool cita «el famoso ejemplo» del aislamiento voluntario en 1665 del pueblo de Eyam (Inglaterra) después de un caso de peste, para evitar contaminar al resto de la región.

En el sureste de Francia, en 1721 se levantó un «muro de la peste» en Vaucluse (sur) a lo largo de 27 km para proteger la región de la peste que causaba estragos en la ciudad de Marsella y en la región de Provenza.

Eficacia en cuestión

Las medidas de restricción de los movimientos pueden ser «contraproducentes», generando pánico e incitando a las personas a huir a toda costa, señaló Solomon.

También pueden conducir a problemas sociales como ocurrió en Bombay durante la epidemia de la peste a fines del siglo XIX; debido a hospitalizaciones forzadas de hombres y mujeres sin distinción de casta, explicó Patrick Zylberman.

La epidemia del SRAS en China provocó en 2003, disturbios y manifestaciones violentas en las regiones de Nankín y Shangái (este) después de cuarentenas brutales, señaló este historiador en su ensayo «Tormentas microbianas«.

Por: AFP