España. 

Cuando a muchos les parecía que era imposible de conseguir, ellos lo han logrado: producir más energía de la invertida en una fusión nuclear.

¿Qué supone eso?

Dejar atrás la energía nuclear tal y como la conocemos, con residuos radiactivos y con accidentes que más de una vez han puesto en jaque al mundo.

“La energía de fusión es una energía mucho más limpia que la energía nuclear de fisión y además ese combustible es accesible a cualquier país porque es agua, básicamente. Y encima los reactores son inherentemente seguros”, explicó Pedro Velarde, director del Instituto Fusión Nuclear (UPM).

La clave está en la tecnología desarrollada, una pequeña cápsula de carbono de apenas dos milímetros llena de combustible y sobre la que se ejerce una presión brutal de forma completamente simétrica, hasta que se contrae y libera gran cantidad de calor.

“Llegan a densidades de mil gramos por centímetro cúbico, que son mil veces la densidad del agua o temperaturas de 15 millones de grados kelvin, que son temperaturas altísimas. En esas temperaturas y densidades el Deuterio-Tritio es capaz de producir reacciones nucleares de fusión”, destacó el investigador, Manuel Cotelo.

Pero si no se alcanzan esas condiciones, la reacción no se produce, se paraliza, por eso es energía muy segura. Pero ahora llega el siguiente reto, que es crear materiales que sean capaces de soportar la liberación de esa energía: Un nuevo reactor. Y en ello trabajan los científicos.

Necesitamos para la construcción total del reactor y un reactor comercial capaz de producir energía a gran escala, es que los materiales sean altamente resistentes a las altas temperaturas y altos flujos de radiación”, dijo la subdirectora del Instituto Fusión Nuclear, Raquel González.

Faltan años de investigación para conseguirlo, pero a día de hoy sí podemos decir que el sueño de una energía mucho más limpia, barata e inagotable está un poco más cerca.

Por RTVE