Argentina.
Carolina Brito es una trabajadora doméstica de Buenos Aires y es madre de dos niños. El menor tiene 16 años y acude a un psicólogo desde el año pasado. No quiso volver a la escuela luego de haber recibido clases de forma virtual en 2020 a causa de la pandemia.
“Lo noté muy angustiado, sobre todo a finales de 2020 y principios del 2021. Fue todo un tema hasta que él un día dijo ‘Está bien mamá, busquemos un psicólogo’ porque él no quería hablar. Pero vivía angustiado. No se levantaba de la cama”, contó Carolina.
Otros compañeros abandonaron las clases por completo. Su hijo sigue matriculado, pero no asiste a la mayoría de las asignaturas, sin embargo, hay casos más graves que el del hijo de Carolina.
El médico Javier Rodríguez Arias está a cargo del Departamento de Psiquiatría de Niños y Adolescentes en el Hospital Austral. El número de adolescentes que requieren tratamiento hospitalario por enfermedad mental ha aumentado entre un 20 y un 30 por ciento en Argentina en comparación con cifras pre pandemia.
“Hay situaciones de adolescentes que están en riesgo donde el estrés los ha llevado a tener manifestaciones psiquiátricas como ideación suicida y que requiera una intervención rápida, así como medicación para modificar estos trastornos”, explicó el médico Javier Rodríguez Arias.
Según el especialista, los tratamientos para trastornos emocionales como la ansiedad, la depresión y los trastornos de alimentación han aumentado en más de un tercio.
“Hubo más demanda por el estrés del aislamiento que sufrieron los adolescentes y fue el grupo etario más afectado, ya que perdieron el contacto social”, agregó el médico.
Una vez a la semana hay reunión del equipo de psiquiatría infantil. La psicóloga y profesora explica por qué los mayores problemas surgieron después del confinamiento en 2020.
“La situación de pandemia es traumática a nivel social y algo traumático tiene sus consecuencias a mediano o largo plazo. Yo creo que el volver a insertarse en lo social sin herramientas suficientes y sin entrenamiento trajo consecuencias que ahora se ven”, dijo la psicóloga.
Ante el impacto de la pandemia, el gobierno argentino lanzó en abril una estrategia federal de salud mental. Para los adolescentes prevén la prevención del suicidio y de las adicciones.
Buscan que esta estrategia tenga actividades en varias localidades para que piensen en sus proyectos de vida, fomentar hábitos saludables, entre otras propuestas que mejoren la calidad de vida para evitar pensamientos suicidas.
Pero las infraestructuras de salud mental se han visto desbordadas: faltan camas y profesionales para atender a todos los jóvenes que necesitan ayuda.
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