Por Laura García J., Ciencia UNAM-DGDC

¿Has escuchado los términos Hallyu, Ola coreana o k-pop? Si tu respuesta es sí, seguramente eres un fan que pertenece a uno o varios fandoms, que tiene uno o más bias, que reproduce los MVs de su grupo o banda favorita y prepara hashtags cada que hacen comeback, e incluso, estés estudiando coreano.

Si tu respuesta fue negativa y desconoces mucho de lo que se mencionó arriba, no te preocupes, lo más seguro es que la Ola surcoreana te haya impactado ya sin darte cuenta. ¿Recuerdas el Gangnam Style o has cantado Baby Shark? Pues ambos son productos del Hallyu.

Hace algunos años, pocas personas podían nombrar un actor, actriz, película, cantante o tenían una imagen de Corea sin relacionarlo con Japón o China. Pero en los últimos años, es cada vez más común escuchar noticias sobre agrupaciones musicales como BTSBlackPinkEXOTwice o actores coreanos incursionando en Hollywood o películas siendo premiadas en los Golden Globes y en los premios Oscar, como «Parasite» (Parásitos), la cinta surcoreana ganadora en la categoría de mejor película en la reciente edición 2020.

Pero no solo sus artistas se han colocado en el mercado internacional, sino que marcas de tecnología como Samsung, LG se han posicionado en el gusto del público a la par que productos y rutinas de belleza están presentes en redes sociales de todo el mundo.

La cultura como poder

Hallyu literalmente significa ola coreana; es un fenómeno cultural que describe el furor de los jóvenes que originalmente fueron asiáticos por los productos de entretenimiento coreano, explica la doctora Nayelli López Rocha, investigadora del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África de la UNAM.

El término Hallyu salió del periódico chino The People Daily, para describir la euforia de los jóvenes chinos por los productos de entretenimiento coreano, principalmente telenovelas y la música de entrada y salida que habían llegado al país asiático después de que a finales de la década de 1990 hubo un cambio en la política cultural de Corea tras su crisis económica de 1997. Desde entonces, el gobierno de Corea del Sur decidió impulsar la cultura como una forma en la que podría desarrollar su economía.

  • El académico Joseph Nye acuñó el término soft power para explicar la capacidad de los países de lograr sus objetivos a través de la atracción y la persuasión de medios culturales e ideológicos.

Al comienzo, las empresas de entretenimiento llegaron al mercado chino donde fueron un éxito, por lo que poco a poco a poco se expandieron a otros países como Japón, quien a pesar de los conflictos históricos entre ambas naciones, las telenovelas y sus actores lograron conquistar a la audiencia principalmente de mujeres mayores de 40 años.

Ante el creciente éxito, a finales de la década de los 2000, el gobierno coreano, junto con diferentes empresas privadas de entretenimiento, crearon y distribuyeron programas de entretenimiento que promovieran una imagen del país que vinculara su desarrollo tecnológico, una imagen positiva de su sociedad, así como rasgos de su cultura, a la par de la promoción de algunos productos.

“Pero aunque la venta de los productos en sí mismos aporta mucho, es más importante el impacto de la imagen del país en cada uno de los mercados de destino. Si el país tiene una buena percepciónla inversión en él es más atractiva y hay mayor intercambio comercial y económico”, explica la investigadora.

Más que música

Un elemento que ha acompañado desde sus inicios a la ola coreana es la música, que originalmente no era llamada Kpop, sino música pop y estaba más relacionada a los singles de las telenovelas. Tras el éxito de la música, las compañías comenzaron a desarrollar  todo un sistema de preparación de jóvenes para convertirlos en idols.

Si bien el K-pop no es el único producto del Hallyu, tiene una vasta trayectoria con artistas históricos como Cho Yong Pil, Byun Jin Seob, Seo Taiji & Boys, Shinhwa, S.E.S, BoA, Rain, TVXQ, Super Junior, Big Bang, SNSD, Wonder Girls o SS501, por mencionar algunos.

  • En 2018, el Hallyu aportó alrededor de 18 billones de wones a la economía coreana.

En la primera etapa de la ola coreana, los productos más difundidos fueron las telenovelas, que en México y otros países llaman doramas, las cuales atrajeron a jóvenes y adultos por sus temáticas, su música, la forma de desarrollar la historia y la visión que proyectan de su sociedad, comenta la especialista en Corea del Sur.

Además de las películas, caricaturas, mahwas (nombre que reciben las tiras cómicas e historietas coreanas) y videojuegos, posteriormente se empezaron a integrar elementos de la cultura tradicional coreana como el hanbok, que es la vestimenta tradicional coreana, hansik que es la comida coreana, el deporte coreano como el taekwondo, así como la moda derivada de los artistas coreanos.

Actualmente, otros productos coreanos que se han popularizado son el K-Beauty, que tiene que ver con el maquillaje y cuidado de la piel, la tecnología presente en marcas como Samsung o LG, así como la promoción a través del Ministerio de Turismo de la K-medicine que busca posicionar a Corea del Sur como la nueva meca de la cirugía plástica.

Aunque la ola coreana sin duda es un fenómeno más grande de lo que hemos tratado aquí, con posturas a favor y en contra entre los mismos coreanos, lo cierto es que su impacto social, cultural y económico continúa avanzando alrededor del mundo.