Bélgica.

Gafas, aletas y botellas de oxígeno no son el atuendo habitual para visitar una galería, pero esta de Bruselas sólo puede contemplarse sumergiéndose en una de las piscinas más profundas del mundo. Las obras están a 30 metros bajo la superficie.

“La sensación de bucear es parecida de por sí, así que cambiar el arte es un placer”, explicó una buceadora.

Bajo el agua, los nadadores pueden ver cómics belgas recién estrenados y seguir las aventuras de un entrañable personaje belga. La mayoría son buceadores experimentados. Los novatos pueden reservar una clase para sumergirse en la escena y disfrutar de las obras.

La exposición sigue junto a la piscina, donde la estrella del cómic Largo Winch termina su aventura. Durante la pandemia, el propietario, John Beernaerts, tuvo la idea de asociarse con diseñadores para crear una experiencia única típicamente belga.

No tenemos cofres submarinos ni bombones submarinos, pero tenemos cómics submarinos”, destacó Beernaerts.

Bruselas es descrita a menudo como la capital mundial del cómic. Incluso en tierra firme, los edificios belgas rinden homenaje a este arte. Hay tiras cómicas y dibujos por toda la ciudad. Es una manera de animar las calles y sirven de reclamo para los turistas en el lluvioso invierno, de vuelta al calor de la piscina. La propuesta tiene mucho éxito.

“Cada vez que vengo, leo una pared. Al final del mes espero haber leído el cómic completo”, destacó una buceadora.

También es una manera de probar cosas nuevas y conocer gente. “Toda mi vida me había dado mucho miedo el agua. Nunca aprendí a nadar y cuando me jubilé, un amigo me animó a venir a bucear. Lo probé y ahora me encanta. Es importante mantener el contacto social cuando te haces mayor”, relató uno de los asistentes. Y los que no se quieran mojar pueden echar un vistazo desde afuera.