Chiapas, México.

Históricamente el acceso a la salud en la región de Chiapas (México) ha sido limitado, es por eso que hace 17 años, Luz se convirtió en partera, un oficio ancestral y una figura clave entre las comunidades indígenas. Sin embargo actualmente la necesidad es otra: evitar los embarazos no planificados o prematuros.

En 2010 Chiapas era el tercer Estado con mayor tasa de embarazos adolescentes, hasta 11,400 madres menores de 15 años, hoy ocupa el primer puesto. Según cifras oficiales, apenas 14 por ciento de las mujeres utilizaron algún método anticonceptivo en su primera relación sexual y solo 63 por ciento emplea métodos regularmente, índices muy bajos respecto a la media nacional. Ante estas dificultades de acceso a la planificación, Luz cambió los partos por la colocación de implantes y dispositivos.

Los prejuicios sociales alcanzan a la sanidad pública donde a menudo las mujeres son juzgadas o reciben una deficiente atención. Chiapas también tiene la peor cobertura médica de México y solo el 40 por ciento hace uso de los servicios médicos públicos de salud materna.

En estas comunidades indígenas las parteras, alrededor de tres mil en Chiapas, siguen siendo el referente médico de salud de la mujer. Es por eso que organizaciones no gubernamentales, trabajan para capacitar a las parteras desde hace una década. Pero solo el 20 por ciento de estas han querido adherirse al programa debido a los tabús que imperan en la región.

Por: DW