Francia.

El desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) ha avanzado significativamente en los últimos años, con Estados Unidos y China a la vanguardia en su aplicación. En estos países, la tecnología se emplea en sectores como la recolección automatizada del té, mientras que Europa aún se encuentra rezagada en este campo.

Francia, sin embargo, busca posicionarse como un actor clave en la industria de la IA. Empresas emergentes como NukkAI están desarrollando soluciones innovadoras para la logística, incorporando un enfoque en el que la colaboración entre humanos y máquinas es fundamental. A diferencia de otros proveedores, este enfoque no requiere grandes volúmenes de datos exclusivamente procesados por computadoras, sino que integra la intervención humana en el proceso.

El país también ha atraído inversiones significativas, como la de Microsoft, que planea destinar 4.000 millones de euros en un nuevo centro de datos en Francia. Esto representa una oportunidad para diversas empresas tecnológicas que podrían beneficiarse del respaldo financiero y asesoramiento gubernamental. No obstante, Francia sigue estando por detrás de Estados Unidos en términos de solicitudes de patentes e inversión en centros de datos de IA.

Expertos señalan que, en lugar de competir directamente con potencias como Estados Unidos y China, Francia debería centrarse en desarrollar tecnologías con enfoques alternativos que le permitan destacar en el sector.

Alemania, por su parte, también ha consolidado su posición en la industria de la IA, con Berlín como epicentro del desarrollo tecnológico. Empresas como JetBrains trabajan en soluciones avanzadas para procesar información de manera eficiente, permitiendo, por ejemplo, responder preguntas específicas sin necesidad de revisar documentos extensos. Sin embargo, estos modelos requieren instrucciones precisas para generar respuestas acertadas, lo que ha impulsado el crecimiento del sector de la «ingeniería rápida», una disciplina emergente con alta demanda de expertos.

El panorama laboral en este sector también refleja una marcada diferencia entre continentes. En Estados Unidos, los ingenieros especializados en aprendizaje automático pueden alcanzar sueldos de hasta 175.000 dólares anuales, mientras que en Europa los salarios son menos competitivos. A pesar de esto, la IA en Europa sigue avanzando con estrategias distintas.

Otro aspecto clave en la competencia global es el acceso a los modelos de IA. En Estados Unidos, los modelos más avanzados suelen estar patentados y requieren pagos para su uso, mientras que en Europa y China ha crecido el interés por los modelos de código abierto, que pueden ser utilizados libremente y, en algunos casos, ofrecen un desempeño equiparable al de las soluciones comerciales.

Si bien Estados Unidos mantiene el liderazgo en inteligencia artificial, muchas de sus inversiones multimillonarias no han resultado rentables. Mientras tanto, Europa avanza con proyectos de menor escala, pero con enfoques innovadores que la acercan a sus competidores. China, aunque por delante de Europa, todavía se encuentra detrás de Estados Unidos en esta carrera tecnológica que aún no ha llegado a su fin.