Bolivia.-

Estos amigables monstruos nacieron con una misión, ayudar a combatir el cáncer infantil en Bolivia. Sus ojos son enormes y sus sonrisas contagiosas, porque así los imaginaron pequeños con esta enfermedad.

En su elaboración participan padres, niños y jóvenes de la Asociación de Voluntarios Contra el Cáncer Infantil, dirigida por Ana Carola Torres.

“Los niños de forman parte de nuestra asociación decían que deseaban vencer el “monstruo del cáncer” con un monstruo alegre que lo haga sentir mal y se vaya”, agregó Ana Carola.

Los monstruos son vendidos a un precio cercano a los diez dólares, representan ingreso extra para costear algunos gastos propios de la enfermedad, teniendo en cuenta que muchos padres de niños con cáncer tienen dificultades para conseguir empleo, pues en ocasiones deben permanecer con sus pequeños en el hospital.

Además de ser una forma de estimular la creatividad de los niños, la elaboración de los monstruos también se convierte en una especie de terapia ocupacional para los padres.

Por: EFE