México.

En un poblado en la selva maya de la península de Yucatán, en México, a pesar de la pandemia, los habitantes retomaron su tradición ancestral de limpiar los huesos de sus seres queridos: Choo Ba’ak.

“Es una tradición muy bonita recordar a nuestros antepasados, tenerlos en cuenta, hacerles limpieza de sus osarios donde reposan sus restos, sus huesitos y pues les cambiamos sus manteles, porque pues llega el día de la fiesta en que ellos están contentos, que los recordamos con mucho cariño y mucho amor”, dijo Jacinta Chi Ol, quien realiza la tradición.

En el panteón de Pomuch, que en maya significa «lugar donde se asolean los sapos» del municipio de Hecelchakán, las mujeres entonan un canto católico frente a unas cajas de madera abiertas que contienen cráneos, huesos y cabello. El ritual, llamado en maya Choo Ba’ak, se desarrolla unos diez días antes de la festividad del Día de Muertos, que se celebra el 1 y 2 de noviembre.

“El proceso es venir a abrir la tumba, sacar las cajas, sacar el mantel donde está el hueso, acomodar de nuevo, limpiamos bien la caja y ponemos el paño nuevo, limpiamos los huesos y ya de último ya está listo. Volvemos a acomodarnos aquí en el Santa, nuestro panteón de ellos”, explicó Antonio Canche. 

Las familias velan los restos durante algunas horas para que les dé el sol y el aire fresco. La costumbre indica que la primera limpia debe hacerse a los tres años del fallecimiento y en lo sucesivo cada año. Nadie sabe en qué año se originó la práctica fúnebre, pero los habitantes refieren que debe tener cientos de años, según las narraciones de los ancianos del poblado.

Al igual que en el resto de México, tras limpiar los restos de sus familiares, colocarán un altar en sus casas con sus platillos y bebidas preferidas, pues se cree que sus espíritus volverán de la muerte el 1 y 2 de noviembre para comer y beber, según la tradición nombrada en 2008 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Por: AFP.