San Salvador, El Salvador. 

La capital salvadoreña ha vivido la última semana una crisis en el abastecimiento de agua provocada por la contaminación del río Lempa, que atraviesa el norte de Centroamérica, informó el pasado miércoles 22 de enero una organización que lucha por limpiar el afluente.

«Parte del agua turbia que se sirvió en el área metropolitana de San Salvador es producto de la enorme contaminación que recibe el río Lempa», declaró Héctor Aguirre, director de la Mancomunidad Trinacional Río Lempa.

Aguirre indicó que, de enero a abril, las «aguas mieles» que se producen al procesar el café, sumado a los pesticidas y las aguas residuales de las comunidades son las principales fuentes de contaminación del río.

Desde la última semana, el agua del Lempa que ingresa a la planta potabilizadora Las Pavas, unos 45 km al norte de San Salvador, se vio afectada por tres tipos de algas, una de ellas era tóxica y provocó mal olor y sabor en el agua.

Con la crisis se vieron afectados más de 1,5 millones de habitantes de San Salvador y su periferia.

Luego de múltiples críticas, el gobierno comenzó a repartir agua envasada y desplegó camiones cisterna en San Salvador y comunidades vecinas.

Además, la empresa estatal de aguas suspendió el servicio en amplias zonas para dar paso a la limpieza de tanques.

Tras la aplicación de sulfato de cobre en la planta Las Pavas, el presidente Nayib Bukele anunció este martes que «el agua ya está en el nivel y calidad que tenía antes» de la emergencia, aunque aclaró que aún no es potable.

El Lempa, el río más extenso de Centroamérica, nace en las montañas del municipio guatemalteco de Olopa, y sus 422 kilómetros recorren Guatemala (31,4km), Honduras (31,4 km) y El Salvador (360,3 km), donde desemboca en el Pacífico.

Para la Trinacional, la crisis evidenció las dificultades que tienen los tres países, en particular El Salvador, para enfrentar de manera «estratégica» la proliferación de algas que se generan desde la cuenca alta del río en Guatemala.

Estudios de la Universidad San Carlos de Guatemala, realizados en los últimos 10 años demostraron que de enero a abril el agua del Lempa pasa de «regular a mala», con lo cual «no tiene posibilidad de ser usada ni para riego de cultivos, mucho menos para consumo humano», explicó Aguirre.

Por: | AFP |