México.
Aunque los daños que produce en el organismo, la ingestión desmedida de bebidas alcohólicas son conocidos por casi todos nosotros, ahora se ha encontrado uno más.
Unos investigadores dieron de beber a ratas agua en la que estaban disueltas desde pequeñas concentraciones de alcohol, hasta una cantidad equivalente a la que hace considerar a una persona legalmente ebria.
Dos horas después, se tomaron muestras de piel de estos roedores y la sometieron a pruebas de permeabilidad, que se compararon con las de ratas que no bebieron cantidad alguna de alcohol.
Los investigadores encontraron que la permeabilidad de la piel era proporcional a la cantidad de alcohol ingerido, de tal modo que se permitía el paso de distintos componentes, muchos de ellos, tóxicos.
En los roedores en los que se indujo un estado total de ebriedad, esta permeabilidad, es decir, la posibilidad de permitir el paso de otras sustancias, era hasta cinco veces mayor respecto a las ratas que no consumieron alcohol.
Este dato es de particular importancia, pues se ha observado que personas de distintas profesiones u oficios como albañiles, impresores o mecánicos llegan a ingerir bebidas alcohólicas, al mismo tiempo que manipulan sustancias tóxicas como fertilizantes, herbicidas, pigmentos de pinturas o solventes. Así que si de plano se le antoja echarse unos tragos, piense en este aspecto adicional.
Por: DGDC.
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