Praga, República Checa.
El físico Martin Mašek ha descubierto un nuevo cometa analizando desde su domicilio en República Checa las imágenes que le llegaban desde un telescopio en la provincia argentina de Mendoza al ordenador de su casa en República Checa, a 12.000 kilómetros de distancia.
«Descubrir un cometa era mi sueño astronómico. Logré cumplirlo y estoy feliz con el descubrimiento», declaró a EFE el científico sobre este hallazgo, que fue observado por primera vez en la noche del 24 al 25 de diciembre y ha sido bautizado como Comet C/2024 Y1 (Mašek).
Este cometa aparecerá sobre el horizonte de La Tierra a finales de febrero.
Encontrar cometas resulta algo raro, de hecho el año pasado se detectaron 61, una búsqueda que afecta a la seguridad del planeta.
«La gran mayoría de los nuevos cometas se encuentran como parte de grandes rastreos que se centran en la búsqueda de asteroides peligrosos cercanos a nuestro planeta que puedan colisionar con la Tierra», explica Mašek.
Este ha sido el primer descubrimiento checo de este tipo a distancia y en el hemisferio sur, con equipos instalados en el Observatorio Pierre Auger (Mendoza, Argentina), cuando el observador se encontraba conectado en línea desde la localidad checa de Liberec.
Además, no todos esos cometas son detectados por los grandes rastreos robóticos, y existen ‘puntos ciegos’, algo que ha sabido aprovechar Mašek con un objetivo relativamente pequeño.
Otros datos
Con este hallazgo se ha probado de nuevo que en esos puntos ciegos cercanos al Sol en términos angulares, que no son cubiertos por los grandes rastreos robóticos, pueden encontrarse cuerpos potencialmente peligrosos que aún no han sido descubiertos.
El cometa fue detectado utilizando el dispositivo FRAM, siglas del Monitor Fotométrico Robótico de la Atmósfera, que está gestionado por el Instituto de Física de la Academia de Ciencias de la República Checa en el Observatorio Pierre Auger en la Pampa Amarilla de Argentina occidental.
«Con este dispositivo se mide la extinción atmosférica, es decir, la transparencia de la atmósfera», asegura el físico.
Es algo que tiene que ver con las lluvias de rayos cósmicos que llegan desde el espacio profundo, y que todavía suponen un enigma del firmamento, por tener un origen desconocido.
Aunque esa es la principal tarea de ese telescopio, también se emplea para estudiar otros fenómenos, como la presencia de cometas y asteroides cercanos a la Tierra, o de estrellas cuya luminosidad varía por diversas razones.