Madrid, España.
El Archivo Arkhé, con 80.000 piezas que indagan en la memoria disidente de la comunidad LGTBIQ latinoamericana, abrirá en Madrid en febrero procedente de Colombia, con la vocación de ser un «átomo» que estalle para construir «nuevos mundos», según explica uno de sus fundadores, Halim Badawi.
El término griego «arkhé» significa «principio», y eso es lo que este experto en arte y el abogado Pedro Felipe Hinestrosa, ambos colombianos, llevarán a Madrid, un nuevo comienzo, después de tener que cerrar el archivo en su país (fue abierto en 2016) debido a la pandemia y su decisión de establecerse en la capital de España.
Pero para conocer el germen de este archivo -compuesto por fotografías, publicaciones clandestinas, cartas, manifiestos y obras de arte- hay que trasladarse al año 2011, según cuenta Badawi, ya que fue ese año cuando necesitó para un trabajo información sobre la primera revista gay de Colombia, «Ventana gay», publicada en 1978.
«Y fue muy complicado encontrarla porque nadie la conservaba. Busqué en las bibliotecas y recuerdo que encontré el número 1 en el Banco de la República (que cuenta con Banrepcultural, la biblioteca virtual más antigua de América Latina)», comenta.
Pero faltaban 24 números más, que consiguió «gracias a varios activistas de la época y que estaban guardados en una bodega de Medellín» (Colombia), cuenta el crítico de arte colombiano.
Un hallazgo que califica de «epifánico» y que corroboraba una realidad que vive en su trabajo desde hace 15 años: ciertos temas que quería investigar no contaban con fondos en «ninguna parte», temas centrados en la historia LGTBIQ que durante los años 70 y 80 del siglo pasado fueron vistos «como pornografía despreciable» y siempre acababan en la «basura».
«Cualquier revista que fuera a tocar el tema era vista como material peligroso, inmoral y que no debía preservarse», lamenta acerca de la ausencia de este material unido a las vanguardias latinoamericanas.
NUEVOS TIEMPOS
Pero lo tiempos han cambiado y gracias a estos dos colombianos el próximo 20 de febrero abrirá sus puertas en el centro de Madrid el Archivo Arkhé.
Es un espacio donde se podrán ver y consultar tesoros como un ejemplar del «Manifiesto Antropófago» de Oswaldo de Andrade (uno de los padres del modernismo brasileño) o fondos personales del activista venezolano Edgar Carrasco, fundador de la primera publicación gay de su país, «Entendido».
El material, según Badawi, está pensado con dos objetivos, ya que la planta de arriba se destinará a muestras temporales -cuatro al año- de artistas de cualquier nacionalidad que tengan «miradas críticas», así como exposiciones con piezas que procedan de otros coleccionistas.
La planta baja del archivo se destina a que investigadores y personas interesadas puedan consultar cualquier pieza de este archivo, que cuenta también con el fondo del activista colombiano León Zuleta, asesinado en 1993, así como fotografías y páginas de prensa de la drag colombiana Madorilyn Crawford, una de las primeras en aparecer en televisión en los años noventa.
UNA LABOR DETECTIVESCA
De esta manera, Badawi sana una herida que ha tenido durante años, la de sentir que este arte «no circula mucho» y que, en la actualidad, estas manifestaciones de la comunidad LGTBIQ aún «quedan guardadas y como en pequeños círculos» y solo pueden verse en «ciertas muestras localizadas».
Tanto es así que ambos fundadores del Archivo Arkhé tienen alma de detectives porque todo lo que han conseguido reunir ha sido contactando personalmente con activistas de toda Latinoamérica o mediante la compra de material casi desechado, como vídeos de los 70 y 80.
Eso sí, ambos también se han hecho con material menos oculto y más conocido que pertenece al ámbito cultural del arte no solo latinoamericano, sino también estadounidense, español, alemán o italiano.
Se trata de, por ejemplo, un ejemplar de la revista alemana «Der Eigene» (1906), considerada la primera publicación para homosexuales de la historia, o ejemplares de las llamadas revistas ‘beefcake’, publicadas en Estados Unidos en los años cincuenta y sesenta y que mostraban fotografías de hombres jóvenes y musculosos semidesnudos en poses atléticas.
Revistas o ‘fanzines’ (publicaciones especializadas) también como la españolas «Madrid Gai» (1983) o la primera revista gay italiana, «Fuori» (1971).
«Tenemos dos mundos, el más ‘underground’ y el de ediciones más limpias y cuidadas. Y también tenemos cosas que la moral no daba para que se conservara», matiza Badawi sobre el contenido de este fondo donde la censura no existe porque todo da «testimonio» de un arte escondido.
Por: Pilar Martín
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