Lo que pareciera un ejército de hormigas es en realidad una manada de renos. Los nómadas nenéts, que habitan en el noroeste de Siberia, arrean a estos animales. Ahora tienen que desplazarse más a menudo para encontrar comida para sus renos.
El cambio climático derrite la capa de hielo año tras año, y las rutas de los nenéts son ahora más peligrosas. “Muchas familias no pueden salir, no hay posibilidad para ellos de moverse. Esto es una situación amenazante para el estilo de vida de los nómadas del noroeste que utilizan renos”, enfatizó el antropólogo Alexander Volkoviski.
Miles de kilómetros al este, en el río Olenyok, un grupo de biólogos busca renos salvajes; la población de renos en libertad decrece: la carne de reno se considera una exquisitez, y las áreas salvajes sufren cada vez más la explotación económica.
Los biólogos rastrean a los animales colocándoles un transmisor. “Los aparatos han sido adaptados a las condiciones de de su hábitat. Son impermeables y pueden resistir temperaturas de entre -40 y -50 grados centígrados”, explicó el biólogo Egor Kirillin.
Los científicos esperan que sus investigaciones los ayuden a entender mejor los patrones migratorios de los renos. Mientras tanto, los nenéts y sus renos continúan por un sendero incierto.
Por: Deutsche Welle
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