Argentina

La periodista Soledad Barruti, autora de best seller como “Mal comidos” y “Mala leche”, lleva años denunciando los riesgos de la comida ultra procesada en Argentina.

Aquí la información nutricional suele aparecer escondida en letra pequeña en la parte posterior de los paquetes de alimentos Barruti aboga por que el congreso apruebe el proyecto conocido como ley de etiquetado frontal para que se advierta en el frente de los envases sobre excesos de azúcar grasa o sodio.

“Pensamos una ley de etiquetado frontal porque desde hace muchísimo tiempo tenemos un aumento de enfermedades no transmisibles evitables y todas relacionadas con la alimentación”, mencionó la periodista. Ella considera que este problema se relaciona con que las personas no saben lo que consumen ya que las leyes actuales no mencionan cuánta azúcar agregan las marcas a sus productos procesados.

Hace 10 años que en Argentina se presentaron los primeros proyectos de ley de etiquetado frontal de alimentos similares a los vigentes en Chile, México y Perú, pero apenas avanzaron. Ahora hay expectativa por el debate de un borrador en la cámara de diputados: La industria del sector presiona para que la iniciativa se modifique.

En el centro de estudios sobre políticas y economía de la alimentación objetan dos artículos del proyecto, primero por la rotulación de alimentos que figuran como bajas calorías. Los alimentos, por ejemplo, que tienen bajas calorías están mucho más expuestos a tener este sello por exceso de azúcares, sodio o grasas saturadas que alimentos similares pero que tienen mayor cantidad de calorías.

La segunda objeción radica en que no sólo vayan a figurar advertencias en alimentos procesados sino también en aquellos que naturalmente contienen grasas como yogures o quesos.

Argentina es un país reconocido por sus vinos y sus carnes, pero es el mayor consumidor mundial per cápita de refrescos o gaseosas y el tercero de alimentos ultraprocesados en Latinoamérica. El consultor Fernando Moiguer, lo atribuye tanto a los altos precios de productos naturales como al marketing de las multinacionales y a aspectos de la cultura nacional.

“Consumimos con una lógica cultural americana. Este armado cultural que es un cambio de hábito tremendo, es con vocación de sentirse similar al resto de otras sociedades, que la argentina tiene dificultad de identidad y todo el tiempo está mirando y copiando”, dijo. Los promotores del etiquetado frontal de alimentos en Argentina esperan que con la ley las empresas produzcan comida más sana como ocurrió en otros países latinoamericanos.

Por: Deutsche Welle