Algunas aves que nacieron durante el período de restricciones relacionadas con la pandemia de la COVID-19 presentan una forma y un tamaño de pico diferentes en comparación con aquellas que lo hicieron antes y después de la pausa en la actividad humana.
Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por investigadoras de la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos, que hicieron un seguimiento a centenares de juncos de ojos oscuros (Junco hyemalis).
El análisis se hizo en ejemplares nacidos en el campus de la citada universidad antes, durante y después de la «antropausa», ese período que tuvo lugar durante la pandemia en el que se redujo la actividad humana y, por tanto, la generación de residuos.
Adaptación urbana de las aves
Anteriormente, ya se había observado que las poblaciones urbanas de animales se adaptan al nicho alimentario y conductual de las ciudades ocupadas por humanos. Por ejemplo, se sabía que la forma y el tamaño del pico de los juncos difieren en Los Ángeles en comparación con las áreas silvestres locales: los juncos de la ciudad los tienen más cortos y gruesos.
Este cambio puede deberse a la explotación de los desechos de alimentos, lo que impulsa modificaciones en su forma y su tamaño.
Para ahondar en el conocimiento de estas diferencias, el equipo liderado por Eleanor S. Diamant y Pamela J. Yeh se propuso realizar un seguimiento del tamaño y la forma de los picos de estas aves en diferentes períodos, teniendo en cuenta que la fuerte caída de la actividad humana a partir de marzo de 2020 brindó una oportunidad única para la exploración.
Cambios durante la «antropausa»
Antes de las restricciones de la COVID-19, las investigadoras observaron, efectivamente, que los juncos urbanos presentaban picos de tamaño y forma diferentes a los de las aves silvestres.
Sin embargo, los pájaros que nacieron en Los Ángeles durante la «antropausa» mostraron una forma silvestre de su pico. En los años posteriores al levantamiento de las restricciones, los picos de los juncos volvieron a la forma urbana prepandémica, concluyen.
Un experimento natural revelador
Las restricciones por la pandemia proporcionaron «un experimento natural» para examinar el impacto de la actividad humana en la fauna silvestre, escriben las científicas en su artículo publicado en la revista PNAS.
En tan solo unos años, los juncos urbanos cambiaron rápidamente su morfología y aquellos que eclosionaron durante y poco después de la «antropausia» exhibieron fenotipos no urbanos. A pesar de ello, el regreso de la actividad humana provocó un rápido retorno a la morfología asociada a la ciudad.
«Estos hallazgos muestran la rapidez y la fuerza con la que los humanos pueden afectar a otras especies (…). Nuestro trabajo destaca la necesidad de comprender las complejas interacciones entre ambos».
Evolución rápida por desechos alimentarios
La causa del rápido cambio en la morfología del pico sigue sin estar clara. Aunque, según las autoras, los hallazgos sugieren «una alta sensibilidad adaptativa» en una población de aves urbanas al cese y la reanudación de la actividad humana.
En conjunto, especulan que el desperdicio de alimentos podría impulsar la evolución adaptativa de una forma de pico más general en los juncos urbanos, que cambia rápidamente en respuesta a los cambios de recursos.
Investigaciones futuras deberían determinar cómo varía la forma del pico con la búsqueda de alimento, la adaptación y la genética en los juncos, apuntan.
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