Tirana, Albania.
Después de pasar dos décadas encerrado en una pequeña jaula ubicada junto a un elegante restaurante de la capital de Albania, Mark, el oso pardo, comienza una vida mejor en un santuario de animales austríaco.
Liberado el miércoles, pasará el resto de su vida en el santuario de los osos de Arbesbach en Austria, administrado por la asociación Cuatro patas, que se dedica a ayudar a los animales en situación difícil.
«Mark tendrá todos los tratamientos veterinarios necesarios, los cuidados adecuados y una comida adaptada a su especie para que pueda recuperarse rápidamente y disfrutar de una vida digna de un oso», asegura Sajmir Shehu, el coordinador albanés del proyecto de rescate de animales salvajes.
El restaurante llevará siempre el nombre «Sofra e Ariut» (La mesa del oso), pero la jaula donde Mark y su hermana Liza fueron retenidos en cautiverio para distraer a los numerosos visitantes será quitada «para que ningún otro oso sufra nunca más», subraya el administrador del lugar, Aurel Bici.
Mark y Liza, originarios del norte del país, fueron llevados al restaurante «por una buena causa», para darles refugio, ya que su madre había sido abatida y ellos también podrían haber sido víctimas de la caza furtiva.
Sobrevivieron en Tirana pero vivían en una jaula cerrada, privados de libertad.
«Mark estaba en una pequeña jaula, el suelo era de hormigón, las condiciones higiénicas eran inadecuadas y recibía comida anormal para un oso pardo», explica Shehu.
Comercio ilegales de animales salvajes
Mark, que es obeso, tiene problemas para moverse. Muestra ansiedad y se vuelve agresivo al menor ruido. Su situación empeoró tras la muerte de su hermana, Liza, hace dos años.
«Durante dos o tres meses después de su muerte, no dejaba de llorar», cuenta Hiqmet Murati, quien se ocupaba de los dos osos.
Muy nerviosos, ambos animales tenían comportamientos muy agresivos que incluso la llegada al mundo de pequeños cachorros no cambió. Ninguno de ellos sobrevivió.
«Para poder seguir viviendo Mark necesita atención médica urgente«, explica el experto en biodiversidad Shehu.
Los expertos de Cuatro Patas descubrieron que Marc tiene problemas en sus articulaciones, músculos, ojos y también en sus órganos vitales.
«En Arbesbach recibirá tratamiento veterinario y atención profesional«, explica Magdalena Scherk Trenttin, que coordina el rescate de los animales salvajes de Cuatro Patas.
Transferirlo no fue una tarea fácil. Pesa más de 250 kg y se necesitó anestesia y soporte respiratorio.
El oso disfrutará de mejores condiciones de vida, pero Sajmir Shehu lamenta el hecho de que Mark será el 34º animal de la fauna silvestre que sale de su país.
Albania está considerando la posibilidad de abrir un santuario para los animales salvajes confiscados para invertir esta tendencia.
Hasta entonces, el trabajo de Cuatro patas -que celebra el rescate del oso Mark- está lejos de haber terminado.
«Hay que tomar medidas urgentes contra el creciente comercio ilegal de animales salvajes en el país», afirma Magdalena Scherk Trettin.
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