Guadalajara, Jalisco

 

En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la charla “Apliquemos la educación STEM”, reunió al científico y divulgador Toni Pou y el matemático e investigador de la UNAM Aubín Arroyo dialogaron sobre los desafíos de la enseñanza contemporánea, las barreras artificiales entre disciplinas y la urgencia de transformar el sistema educativo para colocar la curiosidad en el centro del aprendizaje

La conversación abrió con una crítica frontal a las fronteras que suelen separar las ciencias de las humanidades.

Toni, recordó cómo, desde su formación, se le presionó para elegir una sola vía académica, “cuando estaba en un bachillerato o un poco antes, me obligaron a hacer una cosa u otra cosa, ¿no? O hacer ciencias o hacer lo que sea se llama humanidades o letras, no sé, son un poco distinciones absurdas”.

Añadió que su propio trabajo se basa en “unir estos mundos porque en mi cabeza y en mi corazón, vamos a decirlo así, están muy unidos”.

Aubín, por su parte, compartió la sensación de aislamiento que suelen experimentar quienes se dedican a las ciencias exactas: “Hoy día me enfrento un poco a esta como tristeza entre mundos distintos ¿Por qué yo solo puedo hablar con los otros matemáticos y no puedo a veces con los físicos nos podemos comunicar y no tanto…?”

Ambos ponentes coincidieron en que estas divisiones generan visiones elitistas sobre quién puede acercarse al conocimiento.

Toni  cuestionó la idea de que la ciencia esté “reservado a mentes privilegiadas”, mientras subrayó que, desde adentro, ocurre lo contrario. Además, desmitificaron el origen del pensamiento científico al afirmar que “las ideas científicas explican el mundo (…) surgen del mismo sitio de donde surgen los poemas y las sinfonías”.

Arroyo complementa esta mirada al recordar que la práctica matemática está profundamente ligada al error y la creación: “este inicio de llegar a las ideas es totalmente creativo”. Explicó que equivocarse es lo cotidiano en la investigación, “en matemáticas estamos equivocados el 98% del tiempo y en el 2% restante nos invitan a conferencias internacionales para contarle a los demás dónde no nos equivocamos”.

Sobre educación, ambos ponentes defendieron la importancia del juego como espacio de aprendizaje significativo. “La escuela es para jugar, la actividad más seria que hacemos los seres humanos, la más seria, es el juego”, afirmó Arroyo.

La idea central de este, giró alrededor de una palabra clave: “la curiosidad detrás de todas estas cosas”. Para él, en la educación básica y media debería ser premiada la curiosidad como base para cualquier avance.

Se propuso que el sistema educativo genere momentos de “aburrimiento” como oportunidad creativa y que utilice la brevedad de las redes sociales para “encender estas pequeñas chispas de la curiosidad”. Asimismo, se discutió la posibilidad de regular los dispositivos digitales de manera similar a sustancias como el alcohol o el tabaco.

Ambos exponentes señalaron  que la educación representa una “gran oportunidad” para integrar creatividad, error, belleza y estética en la formación científica desde los niveles primarios.

Por: Farah Medina / NCC Iberoamérica