Se lanzó hace apenas tres meses y ya capta con extraordinaria resolución los episodios de contaminación atmosférica desde el espacio: Sentinel-5A, el espectrómetro de imágenes avanzado que lleva el satélite meteorológico MetOp de segunda generación ha demostrado que vigila exitosamente la calidad del aire en la Tierra.

Desde una altitud de 832 kilómetros en una órbita polar sincrónica con el Sol, Copernicus Sentinel-5 captura datos completos de todo el planeta cada día.

El espectrómetro de imágenes de alta resolución de la misión opera en siete bandas espectrales, que abarcan los rangos ultravioleta, visible, infrarrojo cercano e infrarrojo de onda corta, para medir una gran cantidad de gases, entre ellos ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, formaldehído, glioxal, monóxido de carbono y metano, así como aerosoles e índice ultravioleta (UV).

El Sentinel-5A se encuentra todavía en fase de puesta en marcha, pero esta selección de primeras imágenes ofrece “un tentador adelanto de lo que está por venir”, según la Agencia Espacial Europea (ESA en inglés), a quien pertenece.

Mapa global de ozono

Entre estas primeras imágenes que ha captado el espectrómetro está un mapa global del ozono, tomado el pasado 13 de octubre. Se trata de un gas que desempeña un doble papel en la atmósfera terrestre: mientras que el ozono estratosférico protege la vida de la radiación UV nociva, el ozono troposférico es un contaminante atmosférico perjudicial para la salud humana y los ecosistemas.

La densidad total de la columna que se observa en la imagen del Sentinel está dominada por el componente estratosférico.

El agujero en la capa de ozono estratosférico sobre la Antártida es claramente visible porque, aunque el uso de sustancias que agotan la capa de ozono fueron prohibidas en virtud del Protocolo de Montreal en 1989, su larga vida en la atmósfera ha hecho que la recuperación total de la capa de ozono haya sido gradual y haya empezado a verse en los últimos años.

La segunda imagen muestra la densidad de la columna vertical de dióxido de nitrógeno existente el 13 de octubre sobre Oriente Medio, donde se observan concentraciones más elevadas alrededor de las principales ciudades y sobre las refinerías industriales de petróleo y gas, las centrales eléctricas y las fundiciones. También se aprecian concentraciones elevadas en el valle del Nilo en Egipto.

La tercera foto también muestra acumulaciones importantes de dióxido de nitrógeno el 13 de octubre sobre Sudáfrica, con altas concentraciones en la región de Highveld, que probablemente vengan de las centrales de carbón.

Otros contaminantes

En la cuarta imagen, de la misma fecha, aparece la densidad vertical de formaldehído, un contaminante atmosférico cancerígeno, con concentraciones elevadas a lo largo de la costa noroeste de Angola que se relacionan con las emisiones de los incendios forestales.

La quinta foto recoge una columna de dióxido de azufre emitida por uno de los volcanes más activos del mundo, el Klyuchevskaya, en la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia.

La última imagen presenta los datos de radiación de la Tierra del 5 al 6 de octubre de 2025. El mapa muestra la tierra, el océano y las nubes, y se ha creado principalmente para verificar el buen funcionamiento del instrumento del satélite durante el vuelo.

“Es emocionante ver que una idea en la que hemos estado trabajando durante más de una década ha cobrado vida”, señala uno de los investigadores que ha trabajado en el espectrómetro, Heinrich Bovensmann, de la Universidad de Bremen.

Aunque la misión aún se encuentra en su fase de puesta en marcha, estos primeros resultados muestran que todo funciona correctamente, insisten las fuentes de la ESA. El objetivo es que Sentinel-5 alcance una vida útil de más de 20 años.