El telescopio espacial James Webb ha detectado moléculas orgánicas complejas, como metanol y etanol, fuera de la Vía Láctea a unos 160.000 años luz de distancia.

En una asombrosa primicia para la astronomía, investigadores que utilizan el telescopio espacial James Webb (JWST) han detectado moléculas orgánicas complejas -a menudo llamadas ‘semillas de la vida’- fuera de nuestra galaxia.

Lanzado en 2021 gracias a la colaboración entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), el JWST es el telescopio más grande, potente y sofisticado jamás enviado al espacio.

El descubrimiento se realizó en el hielo helado que rodea una estrella joven, llamada ST6, en una galaxia lejana. Estas moléculas, que incluyen compuestos conocidos como los alcoholes y el ingrediente principal del vinagre (ácido acético), son los componentes básicos de la vida en la Tierra.

Lo que hace especialmente notable este hallazgo es que la galaxia en cuestión tiene muchos menos elementos pesados que la Vía Láctea y está expuesta a una intensa radiación ultravioleta, lo que crea un entorno duro en el que estas moléculas normalmente tendrían dificultades para sobrevivir.

Cómo se hizo el descubrimiento

El equipo de investigadores, dirigido por Marta Sewilo, científica de la Universidad de Maryland, utilizó el potente instrumento MIRI (Mid-Infrared Instrument) del JWST para observar la Gran Nube de Magallanes, la vecina más cercana de nuestra galaxia, a unos 160.000 años luz de distancia.

Enfocando una enorme nube de polvo y hielo en la que se están formando nuevas estrellas, detectaron firmas espectrales de varias moléculas orgánicas complejas, también conocidas como COM.

Entre las moléculas identificadas se encontraban metanol, etanol, formiato de metilo, acetaldehído y ácido acético. Según los investigadores, esto marca la primera detección confirmada de etanol, formiato de metilo y acetaldehído en hielo más allá de la Vía Láctea, mientras que el ácido acético nunca antes se había visto «de manera concluyente» en el espacio.

El equipo también encontró características espectrales que se asemejan a otra COM del hielo: el glicolaldehído, una molécula relacionada con el azúcar y precursora de biomoléculas más complejas, como los componentes del ARN.

Por qué es importante

El descubrimiento es importante porque demuestra que las COM pueden formarse en entornos interestelares extremos. El coautor Will Rocha, de la Universidad de Leiden (Países Bajos), afirmó que las COM pueden formarse en granos de polvo interestelar tanto en el hielo como en el gas. Una vez formadas, las COM de hielo pueden liberarse en el gas circundante, y es probable que estas reacciones sean la principal vía de producción de este tipo de moléculas en el espacio.

«Nuestra detección de COMs en hielos apoya estos resultados», dijo Rocha en un comunicado. «La detección de COM heladas en la Gran Nube de Magallanes aporta pruebas de que estas reacciones pueden producirlas eficazmente en un entorno mucho más duro que en la vecindad solar«.

Sewilo añadió que estudiar las COMs en la Gran Nube de Magallanes es particularmente valioso porque su baja metalicidad -menos elementos pesados como carbono, nitrógeno y oxígeno- es similar a la de las galaxias del universo temprano: «Las duras condiciones nos dicen más sobre cómo la química orgánica compleja puede ocurrir en estos ambientes primitivos donde muchos menos elementos pesados como el carbono, el nitrógeno y el oxígeno están disponibles para las reacciones químicas».

Aunque esto no confirma que exista vida en otros lugares, los hallazgos sugieren que los componentes básicos de la vida podrían sobrevivir a la formación de sistemas planetarios y potencialmente sembrar planetas primitivos.

Sewilo espera ampliar la investigación a más protoestrellas tanto de la Gran Nube como de la Pequeña Nube de Magallanes para comprender mejor cómo surge la química compleja en el universo.