Líbano
Salpicado de charcos con moho blanco y goteras, el gran pabellón de la Feria Internacional Rachid Karami en el Líbano recientemente declarado Patrimonio Mundial en Peligro por la Unesco, simboliza el declive de un país sumido en una grave crisis económica.
Desde que estalló a finales de 2019, la crisis en el Líbano ha robado casi el 95 % de su valor a la moneda local y ha disparado el porcentaje de personas que viven en la pobreza a cerca del 80 %. Las arcas estatales se han secado tanto que las autoridades son incapaces de garantizar más de dos horas diarias de suministro eléctrico a la población, se enfrentan a constantes huelgas de funcionarios cuyos sueldos en libra libanesa apenas tienen ya valor y han tenido que levantar los subsidios a muchos productos básicos.
Por ello, la Unesco espera que la inscripción en la lista de Patrimonio en Peligro atraiga más ayudas internacionales para la conservación al considerarse uno de los principales ejemplos de arquitectura moderna del siglo XX en Oriente Medio.
Hoy, el corazón del complejo, continúa cerrado con candado y solo acercándose mucho a sus cristales tintados se puede apreciar una gran estancia vacía, con moho en el suelo y unos lavabos sin colocar abandonados a su suerte.
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