Pekín, China.

 

 

China ha finalizado la construcción del gigantesco detector esférico transparente diseñado para capturar los escurridizos neutrinos, conocidos como «partículas fantasma», con el fin de desvelar los misterios del universo, informó este viernes la agencia estatal Xinhua.

Este proyecto, cuya construcción comenzó en 2015, tenía previsto iniciar operaciones en 2020, pero la pandemia de covid-19 y otros factores retrasaron la finalización de sus obras hasta la actualidad, y la entrada en funcionamiento hasta agosto de 2025.

El dispositivo está situado a 700 metros bajo tierra en una capa de granito en Kaiping, ciudad de Jiangmen, provincia meridional de Cantón, y se espera que opere durante al menos 30 años.

El detector, una esfera acrílica de 35,4 metros de diámetro y 12 pisos de altura, es el núcleo del Observatorio Subterráneo de Neutrinos de Jiangmen (JUNO, siglas en inglés), un proyecto lanzado por la Academia China de Ciencias y el gobierno de Cantón.

Se espera que el observatorio ayude a estudiar la jerarquía de masas de los neutrinos, lo que podría revolucionar los modelos físicos del universo.

JUNO también permitirá observar fenómenos como supernovas y neutrinos solares, contribuyendo a investigaciones científicas de vanguardia.

China también construye en la actualidad el Telescopio de Neutrinos del Mar Tropical (TRIDENT, en inglés), ubicado a 3.500 metros bajo el agua en una llanura abisal cerca del ecuador en el área marítima de China y que tendrá un diámetro de 4 kilómetros y un área de 12 kilómetros cuadrados para investigar el origen de los rayos cósmicos y otros fenómenos del espacio.

El equipo se colocará en el fondo del mar y utilizará la Tierra como escudo para capturar neutrinos de alta energía que penetran desde el otro lado del globo.

 

¿Qué son los neutrinos?

 

Los neutrinos son partículas subatómicas fundamentales para entender cómo funciona el universo en las escalas más pequeñas, por lo que científicos de todo el mundo, como en el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), situado junto a Ginebra, han acelerado en los últimos años la investigación sobre ellos.