Reino Unido.

El primer ministro británico, Keir Starmer, prometió una reforma radical de la sanidad pública del Reino Unido. Esto después de que un informe revelase su estado crítico con largas listas de espera, edificios sanitarios en ruinas, baja moral del personal y operaciones en instalaciones decrépitas. Así lo señaló un documento divulgado y encargado por el ejecutivo y completado por el cirujano Ara Darzi.

El informe revela un panorama desolador del Servicio Nacional de Salud (NHS), por la falta de inversión en el sector, la pandemia, las medidas de austeridad aplicadas por el anterior gobierno conservador y un deterioro de la salud de la población.

El informe, no obstante, sostiene que el Servicio Nacional de Salud puede arreglarse y considera que el Reino Unido no puede permitirse el lujo de no tener el NHS.

Al publicarse el informe, Starmer admitió que el Servicio Nacional de Salud debe reformarse o morir y expresó su compromiso de construir un plan de 10 años.