España.
El proyecto Cheminova, coordinado por la Universitat de València, ha recibido 3 millones y medio de euros de Horizonte Europa para desarrollar una herramienta inteligente que facilite la conservación del patrimonio cultural europeo.
“Cheminova es un proyecto europeo en el que vamos a desarrollar una serie de tecnologías que ayudarán a determinar cuál es el deterioro causado por efecto del ser humano y específicamente debido al cambio climático y a las guerras en nuestro patrimonio cultural”, introdujo Cristina Portalés Ricart, investigadora postdoctoral Ramón y Cajal e IPs del proyecto Cheminova.
Se trata de un proyecto multidisciplinar, coordinado desde la misma Universidad de Valencia y del que forman parte el Instituto de Robótica y Tecnologías de la Información y la Comunicación (IRTIC), la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSi) y la Facultad de Geografía e Historia.
“Es un proyecto que tiene una base tecnológica muy evidente, pero luego también tiene esa base necesaria que surge del conocimiento de disciplinas más propias de las humanidades asociadas a lo artístico, a lo creativo, a la conservación preventiva o al patrimonio cultural”, explicó Ester Alba Pagán, vicerrectora de Cultura y Sociedad de la Universitat de València e IPs del proyecto Cheminova.
Cuatro pruebas piloto en distintos países europeos han sido seleccionadas para medir los primeros datos de deterioro del patrimonio cultural de este proyecto, formado por socios de Italia, España, Ucrania, Alemania, Austria, Francia, Grecia y Rumanía.
“Cheminova está financiado con el programa Horizonte Europa y dentro de Horizonte Europa el Cluster Heritage. La financiación es de 3 millones y medio de euros para los dos socios y el proyecto tiene una duración de tres años”, agregó Cristina Portalés Ricart.
“Es un proyecto que está muy enfocado hacia los grandes retos, digamos esos retos a los que el patrimonio cultural se enfrenta en nuestra época actual, tal como son los conflictos bélicos, pero también aspectos que tienen que ver con el cambio climático, con los grandes retos”, concluyó Ester Alba Pagán.
Cheminova se sitúa así como un ejemplo en la cooperación europea internacional para la conservación del patrimonio cultural.
Por: UV.
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