México.
Si hay algo que caracteriza a México además de sus tradiciones, música o incluso religión, es la comida. Es lo primero que los mexicanos extrañan al salir del país. El maíz a través de las tortillas, el picante a través del chile y el mejor acompañamiento, los frijolitos. Es por eso que estos tres ingredientes no pueden faltar en las cocinas y hogares mexicanos, que por sí solos son una fuente de nutrientes para nuestro cuerpo.
“El chile es un fruto que como tal aporta vitaminas y minerales, pero también la sustancia que pica, que es la capsaicina, es una sustancia que potencializa las proteínas del maíz y del frijol”, dijo José Iturriaga, historiador y especialista en gastronomía mexicana.
A pesar de que cada estado tiene sus propios platillos típicos, todos unen a los mexicanos a través de sus ingredientes. Oaxaca y su diversidad de moles, chocolate y café; Yucatán y sus condimentos en platillos como sopa de lima o la cochinita pibil; Puebla con su influencia de comida francesa y oriental, cuna de los chiles en nogada, chalupas y el delicioso mole o Michoacán con sus costumbres purépechas a través de su sopa tarasca, uchepos y corundas.
“El ícono de la cocina mexicana de cualquiera de sus cocinas regionales es el mole. Puede ser el mole poblano, el mole negro de Oaxaca y otros seis moles salen oaxaca, el mole muy afrutado de Xico en Veracruz, etcétera”, agregó el historiador.
Tanta es la variedad de sabores y cultura en la gastronomía mexicana que representa el 30% del gasto que hacen los turistas al visitar el país, lo que genera altos ingresos a la economía. Según datos del INEGI, proporciona alrededor de 1.7 millones de empleos directos y 3.8 millones indirectos. Turistas los primeros en visitar mercaditos y restaurantes tradicionales.
Mucho se ha hablado de que la comida mexicana contiene altos niveles de carbohidratos, sin embargo, los ingredientes son altamente nutritivos, siempre y cuando se consuman en cantidades moderadas, acompañados de una dieta balanceada.
“La parte nutriológica de nuestra comida, y si le agregamos quelites, calabaza, amaranto, insectos… Todo eso hace que nuestra cocina haya producido expresiones culturales pasmosas universalmente”, resaltó.
Ya sea pozole en septiembre, mole en las grandes celebraciones, chilaquiles en la torna fiesta o unos tamales por la mañana, nuestra gastronomía nos une como mexicanos, nos brinda identidad y nos hace sentirnos orgullosos de continuar transmitiendo y preservando nuestros orígenes y mestizaje a través del paladar del mundo.
“La cocina mexicana como muy pocas ha logrado preservar su carácter ritual y ceremonial y su gran vinculación, su naturaleza intrínseca ligada a la dimensión sagrada y religiosa del consumo del alimento”, resaltó Gloria López, presidenta del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana.
Por: TV UNAM.
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