Bolivia.
Minas de oro a cielo abierto en la Amazonía de Bolivia. Se usa mercurio, un metal pesado que contamina el 74 ,5% de los indígenas del país que viven en las riberas de los ríos Beni y Madre de Dios. Así lo indican 302 pruebas de cabello en mujeres. Fueron parte de un estudio de contaminación presentado por la Central de Pueblos Indígenas de la Paz y la Universidad Mayor de San Andrés.
Bolivia es uno de los principales importadores de mercurio del mundo. Para producir un kilo de oro se utiliza entre 5 y 10 kilos del metal que termina en el agua y en los sedimentos de los ríos, donde los peces son contaminados y luego consumidos por los indígenas. Hermindo explicó que desde sus ancestros, su actividad principal para alimentarse y subsistir es la pesca.
“Sabemos que la minería trae mucho mercurio, lo echan al agua y eso causa, siempre hemos vivido de la pesca, de la cacería, esa es nuestra alimentación diaria”, dijo.
Los indígenas que viven de la pesca se están organizando, informan a sus comunidades sobre el grado de contaminación de cada especie y reclaman prevención.
“Todo esto que están con letras rojas está contaminado. Eso nosotros hemos dicho que eso sí, son pescados grandes, el tuno, el bagre, todo eso. Entonces, esos son los pescados que están contaminados porque comen pescado pequeño”, agregó otro habitante.
Los ese’ejja son el pueblo más contaminado. Tienen en su cuerpo casi siete partes por millón de mercurio cuando lo permitido es de una parte por millón, según los organismos internacionales de salud.
A 45 kilómetros de distancia de los ese’ejja vive Yolanda Chita, indígena Moseten quien tiene en su cuerpo cuatro veces más mercurio de lo permitido. Ella no sabe cómo eliminar el metal pesado de su cuerpo y trata de aliviar los dolores con medicina tradicional. “La mayoría ya estamos contaminados y no sabemos cómo vamos a curarnos, no sabemos dónde ir a quejarnos. Me duele a veces mucho la cabeza, mareo, y dolor de estómago”, comentó.
El médico inmunólogo Roger Carvajal explicó que el metal pesado es bio acumulado, es decir, a mayor exposición, mayor contaminación, generando un riesgo alto para la salud.
“En ver si no hay daños en el nivel renal, en el nivel hepático, en el nivel de piel, y lo más importante, a nivel neurológico, que es donde más daño se sabe que el mercurio provoca. El mercurio sabemos que, una vez que entra el organismo, difícilmente sale, entonces eso va a quedar por mucho tiempo y más el individuo sigue consumiendo el mercurio y va acumulando”, resaltó Roger.
Los pueblos de la Amazonía Boliviana quieren protección para no enfermarse y para preservar el agua y la tierra donde viven desde hace siglos.
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